Estados Unidos gastó más de 715 millones de dólares desde que
comenzaron las operaciones militares contra Libia, informó hoy la
Casa Blanca.
El balance coincide con un informe del gobierno al Congreso donde
justifica la participación del Pentágono en las hostilidades
desatadas el 18 de marzo último contra la nación árabe.
Según funcionarios gubernamentales el texto sometido a los
legisladores plantea que la participación estadounidense no llega al
nivel de un enfrentamiento bélico como tal y presuntamente intenta
proteger a civiles.
Los abogados del gobierno consideran que por no tratarse de
hostilidades declaradas, no es necesario aplicar el acápite de la
ley de Poderes de Guerra, el cual exige que el presidente sea
autorizado para declarar una guerra en el exterior.
La oposición republicana considera que esta ley de 1973 prohíbe a
un mandatario ejecutar sin la autorización del Congreso cualquier
intervención militar exterior durante más de noventa días, plazo que
vence en los próximos días.
El gobierno asegura en su defensa que advirtió al Congreso antes
del inicio de las acciones de bombardeo y mantuvo desde entonces
reuniones informativas con los legisladores.
Pese a esto, los republicanos, mayoría en la Cámara de
Representantes, aprobaron el 3 de mayo una iniciativa negando que la
Casa Blanca tuviera la aceptación del Congreso para esta operación
militar.
Este miércoles varios parlamentarios demandaron a Obama ante un
tribunal federal de Washington, según ellos, por la presunta
ilegalidad de las operaciones militares sin aprobación congresional.