Sin embargo, la villa se mantiene como un centro mercantil de
alguna relevancia, una especie de gran mercado informal. Allí todos
los días son de marché.
Carente de servicio eléctrico y de acueducto (ahora es que la
municipalidad construye el sistema de alcantarillado), las colinas
que rodean la urbe sufren los efectos de una brutal deforestación,
causante de una parte del desastre ecológico que sufre Haití hoy.
Pero también es una odisea la asistencia médica para la inmensa
mayoría de los 121 000 habitantes de Port-de-Paix, mitigada con la
llegada de los médicos cubanos hace 12 años.
Allí un grupo de 15 de nuestros colaboradores de la salud brindan
sus servicios gratuitamente en el hospital departamental haitiano
Inmacule Concepcion en las especialidades de medicina interna,
pediatría, obstetricia, cirugía, radiología y rehabilitación,
expresa a Granma el doctor Eusebio Riquenes Ayala, jefe de la
Brigada médica en el Noroeste.
Manifiesta que el cariño y respeto con el cual los haitianos
retribuyen el trabajo de nuestros brigadistas, les da la fuerza para
cumplir la misión en Haití con el corazón en la mano por esta nación
hermana.
Indica que el Noroeste haitiano, de 2 176 kilómetros cuadrados y
una población cifrada en 661 000 habitantes, es una zona rural y de
difícil acceso, donde escasea el agua potable. "Nuestro personal,
sobreponiéndose a las duras condiciones de vida de este país, lucha
allí contra la fiebre tifoidea, la malaria, la filariasis, el
parasitismo intestinal, la hipertensión arterial y la diabetes,
entre otras enfermedades.
"También tenemos presencia en el hospital haitiano de la isla La
Tortuga y bajo nuestra completa responsabilidad el hospital de
referencia comunitaria de Bassin Bleu, del Proyecto Cuba-Venezuela,
y el dispensario médico de Saint Louis du Nord. Son en total casi 50
cooperantes de la salud cubanos en esta región, incluidos graduados
de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de La Habana",
puntualiza.
Significa sobre este último particular, que cinco de las diez
comunas del Noroeste (Marre Rouge, Mole de Saint Nicholas,
Jean-Rabel, Anse-a-Foleur y Bombardopolis) son atendidas con buenos
resultados por médicos haitianos de los 630 graduados en la ELAM,
"lo que muestra lo acertado de la idea de Fidel", señala.
En lo que va de año ya han brindado más de 33 000 consultas
médicas, practicado cerca de 400 partos y efectuado casi 1 000
operaciones quirúrgicas, que han implicado mucho sacrificio, añade.
Sobre la epidemia de cólera, destaca que nuestro personal
asistencial le ha salvado la vida hasta el presente a 3 836
pacientes infectados con el vibrión colérico (con un 0,1 % de
letalidad) y explica que intensifican el trabajo de los tres grupos
de pesquisa activa en poblados y serranías, en los cuales reparten
tabletas de cloro, sales de rehidratación oral y reiteran las
medidas higiénico-sanitarias indispensables para cortar la cadena de
transmisión, tras la aparición de algunos casos después de haber
logrado controlar el peligroso mal en el Noroeste.
"No tenemos derecho a dormirnos en los laureles", sentencia.