Buen aire para los molinos

Ortelio González Martínez

foto del autorCIEGO DE ÁVILA.— Los molinos de viento mueven economía, sino, preguntémosle a Alejandro Leonel Pimentel, el criador de ganado menor que, desde hace más de un lustro, no gasta dinero alguno cuando le provee agua a su rebaño.

Habla de las bondades de estos "artefactos", más en la zona de Jicotea, con gran escasez del líquido por encontrarse en el llamado parteagua, donde las corrientes subterráneas se bifurcan hacia el norte o el sur de la isla grande.

Y pone como ejemplo el hecho de que cuando el pozo se "amachorra" —que es la forma de decir que está muy afectado—, el molino permite la recuperación de la fuente de abasto, al no bombear constantemente.

Todavía no son pocos los que, olvidados del gasto que llega atenuado a sus bolsillos, prefieren el chorro salido de la turbina eléctrica, o hasta con motor de combustión interna.

Sin embargo, poco a poco se extiende por la geografía avileña la conciencia del beneficioso uso de esas torres de metal que se empinan hacia el cielo, en busca de las corrientes de aire que las ponga en movimiento.

En la campiña avileña existen 826 de esos equipos, de los cuales funcionan 778, muestra del trabajo sostenido para mantenerlos de alta.

Tienen gran utilidad, más si se conoce que el territorio no cuenta con ríos grandes, ni siquiera medianos, a lo que se le une el decrecimiento del régimen de lluvia, motivado por las afectaciones del cambio climático.

Especialistas en el tema afirman que un solo molino, si se utiliza bien, puede garantizar agua a más de 100 animales. Además, no atenta contra el medio ambiente.

Pero no quiere decir que todo esté a pedir de boca. Si bien municipios como Majagua (192 molinos), Baraguá (177) y Ciego de Ávila (123) marchan con "buen aire", otros como Venezuela (16), Ciro Redondo (17) y Bolivia (25), necesitan insuflar las velas de su interés para que las aspas del ahorro comiencen a girar, sobre todo en producciones como la lechera.

De igual manera sucede con los organismos. Mientras el MINAG tiene 737, el MINAZ dispone de solo 55 y, sin embargo, tiene un vasto potencial para emplearlos.

Todo cuanto la provincia y el país hagan a favor del incremento del número de estos equipos, se traducirá en un mayor ahorro económico y en más cultura para la población. Entonces, hay que pedir que soplen más aires de voluntad, a favor de los molinos.

 

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