WASHINGTON, 10 junio.— La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, y el presidente del Banco Central mexicano, Agustín Carstens, disputan la candidatura para ocupar la gerencia general del Fondo Monetario Internacional (FMI) que cierra hoy.

Han sido varios los postulados para el cargo desde que el 19 de mayo dimitiera el francés Dominique Strauss-Kahn, tras ser acusado de siete cargos de agresión sexual e intento de violación de una empleada de un hotel neoyorkino, pero la francesa y el mexicano destacan en tales intenciones.

El tercero en la pugna, el presidente del banco central de Kazajastán, Grigori Martchenko, aunque anunció su candidatura, no hizo campaña y recientemente declaró que veía más o menos claro que la economista gala sería la seleccionada.

Al quedar vacante la gerencia, Lagarde, abogada de formación con sólida reputación entre los titulares de Economía, y Carstens, economista de vasta experiencia como secretario de Hacienda, presidente del Banco Central y subdirector gerente del Fondo entre 2003 y 2006, iniciaron una amplia gira internacional en busca de apoyo.

Si bien el mexicano consiguió apoyo de algunos países, no ha logrado el respaldo de un bloque de naciones.

En contrapartida, Lagarde es la preferida por Europa y otras regiones, a pesar de estar a expensas de una investigación judicial en su país por sospechas de abuso de autoridad.

Para expertos como Fred Bergsten, director del renombrado Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington, resulta sorprendente que los países emergentes no se hayan unido para ofrecer un candidato o apoyar a uno de su parte.

Entretanto, Europa lucha por mantener en pie una regla no escrita a partir de la cual el Viejo continente dirige al FMI y Estados Unidos preside el Banco Mundial, tradición que por el momento todo indica va a mantenerse.