El
8 de junio conmemoramos el Día del Trabajador Jurídico, en
recordación al Mayor General del Ejército Libertador Ignacio
Agramonte y Loynaz, quien en esa fecha de 1865 defendió su tesis de
grado de la licenciatura en Derecho Civil y Canónigo, en la
Universidad de La Habana. Apoyó más tarde el levantamiento que dio
lugar a la Guerra de la Independencia en 1868, y asumió el mando de
la insurrección en Camagüey en 1871 por designación de Carlos Manuel
de Céspedes, dirigiendo sus tropas con disciplina, organización y
valentía hasta el 11 de mayo de 1873, en que cayó en combate en el
potrero de Jimaguayú.
Muchos juristas, seguidores del pensamiento de Agramonte, también
defendieron posteriormente la libertad del pueblo cubano. Entre
ellos figuró Jorge Armando Cabrera Graupera.
El viernes 4 de abril de 1958, previo al llamado a la huelga
organizada por el Movimiento del 26 de Julio, que sería el día 9, la
policía en Ciudad de La Habana capturó a uno de los vehículos que
circulaba la propaganda revolucionaria para convocar y preparar al
pueblo a esa huelga general revolucionaria, y condujo a sus
valientes tripulantes hacia la Quinta Estación de la policía, centro
de tortura y asesinatos del criminal Esteban Ventura Novo.
Tan pronto el Movimiento tuvo noticias del apresamiento de los
combatientes, movilizó con urgencia al abogado Jorge Armando Cabrera
Graupera, a fin de que se personara en la unidad policíaca y
presentara un recurso de hábeas corpus para evitar la
desaparición, tortura y asesinato de los tres jóvenes
revolucionarios detenidos.
Al llegar el asesino Ventura a la Estación en busca de sus presas
y encontrar allí al abogado, el cual le era conocido por sus
frecuentes defensas a revolucionarios presos, lo identificó como
miembro del Movimiento 26 de Julio y cargó con él para la Novena
Estación, donde por varios días, lo sometió a interrogatorios,
brutales torturas y mutilaciones, provocándole finalmente la muerte,
el 15 de abril de 1958.
Jorge Armando Cabrera Graupera era un "hombre de gestos y maneras
educadas, estudioso, audaz, sencillo, inteligente, decidido, muy
valiente y revolucionario", así describen los amigos, familiares,
compañeros de lucha revolucionaria y vecinos, a "Cabrerita", como
muchos le llamaban.
Nació el 25 de abril de 1924 en Arroyo Naranjo, La Habana. Luego
de culminar sus estudios de Bachiller en Letras y Ciencias en el año
1941, en el Instituto de Segunda Enseñanza No. 3, en la Víbora,
ingresó en la Universidad de La Habana el propio año para estudiar
la carrera de Doctor en Derecho, título que alcanzó en el año 1946
con calificación de sobresaliente. Con igual resultado, en el año
1950, obtuvo el título de Licenciado en Derecho Diplomático.
Para la obtención de sus títulos universitarios elaboró y
defendió dos tesis de grado cuyos contenidos, esencialmente, los
dirigió a proponer modificaciones de la Constitución de 1940
—vigente hasta el triunfo de la Revolución— en aras de refrendar con
mayor eficacia algunos de los derechos políticos y sociales a favor
de los trabajadores contenidos en aquella Carta Magna.
Desde el mismo 10 de marzo de 1952 se incorporó a la lucha contra
la tiranía. Se recuerda a "Cabrerita" interviniendo en
enfrentamientos directos y manifestaciones revolucionarias contra la
política y los representantes del ilegítimo gobierno.
Como abogado, se ofrecía a defender gratuitamente a todos los
revolucionarios que eran apresados por sus luchas en contra de la
tiranía batistiana.
Cuentan que un día defendió a un revolucionario que había sido
torturado por Esteban Ventura. Su alegato de defensa consistió en
denunciar en el juicio oral las torturas recibidas por el acusado de
manos del esbirro, quien se encontraba en ese acto. Su defendido
resultó absuelto, pero a cambio, "Cabrerita" se ganó el odio
visceral de Ventura, tal y como era de esperar.
Las virtudes y los principios revolucionarios de Jorge Armando
Cabrera Graupera lo condujeron a integrar las filas del Movimiento
del 26 de Julio. Su misión era interponer recursos de hábeas
corpus ante las autoridades policiales cada vez que era
detenido un combatiente, para exigir su inmediata presentación ante
los tribunales y evitar que fueran desaparecidos y asesinados como
era habitual en aquellos tiempos.
Jorge Armando Cabrera Graupera tuvo siempre plena seguridad en el
triunfo de la Revolución a la que dedicó sus ideales, su juventud,
sus conocimientos profesionales, su lucha revolucionaria y
finalmente su vida.