Alemania mantiene hoy la alerta por el brote de Escherichia coli
que desde hace varias semanas afecta este país y causó la muerte a
23 personas hasta la fecha.
Daniel Bahr, ministro de sanidad alemán, indicó que aunque el
número de casos infectados parece estar disminuyendo en la nación,
no se descartan nuevos fallecidos en los próximos días.
El origen del brote es aún desconocido, por lo que el titular de
salud mantuvo la recomendación de no consumir verduras crudas para
evitar contagios.
El Instituto Robert Koch de virología concentra los análisis e
investigación de los enfermos registrados, pero "la verdad es que
seguimos sin encontrar la fuente", reconoció Bahr en conferencia de
prensa.
"La epidemia es muy grave", insistió.
Luego de corroborar que los pepinos españoles no eran el factor
contaminante, y tampoco los brotes de soya de Hamburgo, las
autoridades sanitarias continúan buscando el origen de la infección
detectada también en Austria, Dinamarca, España, Finlandia, Francia,
Luxemburgo, Noruega, Holanda, Polonia, República Checa, Gran
Bretaña, Suecia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el inicio del
brote podría ser un producto consumido particularmente por las
mujeres, pues parecen ser ellas las más golpeadas.
Por lo pronto se conoce que la cepa circulante nunca antes se
había aislado en pacientes. Parece indicar que el patógeno sufrió
dos mutaciones genéticas que explicarían por qué ha sido tan letal.
La infección se produce en general por el consumo de alimentos
contaminados crudos o mal cocidos, como la carne, pero las
costumbres culinarias de los primeros infectados orientaron
rápidamente a los científicos detrás de la pista de una
contaminación a través de las verduras.
También es posible el contagio entre humanos, en especial cuando
la higiene es insuficiente, ya que la bacteria E. coli está presente
en los intestinos y por lo tanto en las materias fecales, informa
PL.