Al igual que su antecesor, George Bush, el actual mandatario del
imperio se ha planteado como norte impedir la consolidación de
nuestra patria, como una nación libre y soberana. Es verdad que
nuestra inmensa riqueza petrolera es la causa principal de tal
propósito. Pero no la única.
Los venezolanos debemos tener presente que la diplomacia
estadounidense ha venido planteando, desde la Asamblea General de la
OEA, realizada en Guatemala, en el año 1999, la tesis de adoptar la
"diplomacia preventiva", para reforzar las políticas vigentes en el
hemisferio en el campo de la defensa de la democracia. Violan y
manipulan el sentido que Naciones Unidas le confiere a dicho
término.
Para ellos, la "diplomacia preventiva" es una "intervención
temprana" en los asuntos domésticos de los estados. Recuérdese que
George Bush, en su primer mandato, puso en ejecución lo que llamo
"política de seguridad nacional", la cual estipula, entre sus
principios fundamentales, el concepto de "ataque preventivo".
La exsecretaria de Estado Condolezza Rice es coautora de dicho
concepto. Forma parte de los "halcones", grupo amante de la guerra,
desestabilizador, propulsor y ejecutor de golpes de Estado,
hematófagos, entre cuyos líderes más sobresalientes están George
Bush, padre e hijo; el exvicepresidente Richard "Dick" Cheney y el
exsecretario de Defensa Donald Rumsfeld. Grupo que cuenta, para la
ejecución de su política intervencionista en Latinoamérica, con
Roger Noriega, Otto Reich y John Negroponte y, de manera particular,
con sectores de la oposición golpista de Venezuela.
El "ataque preventivo", es —pues— una doctrina político-militar,
a partir de la cual se pretende justificar la intervención militar
de los Estados Unidos contra cualquier otro país. Ella sirvió de
fundamento para las invasiones de Afganistán e Iraq; ella está
siendo utilizada como justificación para la invasión estadounidense
y sus aliados, contra el pueblo Libio.
En el marco de dicha doctrina político-militar, los venezolanos
tenemos que ubicar la reciente sanción que el gobierno de Barak
Obama le ha impuesto a PDVSA.
¡Cuánta importancia tiene la memoria de la historia de los
pueblos, sea esta reciente o del pasado. Cuánta importancia tiene el
recuerdo!
Algunos latinoamericanos decían que para los gobiernos
republicanos de los Estados Unidos, nuestra región no tenía
importancia; ya que, su gran preocupación era sólo el Medio Oriente.
Otros apreciaban esta falsa afirmación con nostalgia, añoraban el
retorno de los demócratas al poder en el imperio.
Ambos olvidan que a partir de la designación de Condolezza Rice,
como secretaria de Estado, y hasta el presente, la política exterior
de Estados Unidos hacia América Latina se ha hecho más dura, más
agresiva, más radical, más intransigente, más unilateral. Porque su
visión del mundo y, en particular de América Latina, es más
neo-conservadora, es más hegemónica. Es más imperial.
Por eso, los venezolanos amantes de los valores éticos y morales
heredados de nuestros Padres Libertadores, amantes de nuestra
libertad, debemos tener claro que lo que está detrás de esta sanción
contra PDVSA: es la pretensión del imperio de mancillar nuestra
soberanía y nuestra dignidad de pueblo.
Revísese la política internacional de los dos años que lleva
Barak Obama al frente de la administración norteamericana y se
constatará que en nada se diferencia a la ejecutada, durante ocho
años, por George Bush. (Tomado de la tercerainformación.es)
*Profesor de la Universidad de Los Andes