Aviones de combate de la OTAN bombardearon nuevamente este
miércoles la ciudad de Trípoli en una serie de ataques que se tornó
más intensa en la zona de Bab Al-Aziziyah, donde reside el líder
libio, Muamar El Gadafi.
Por tercera jornada consecutiva las incursiones de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) golpearon zonas
civiles del centro de Trípoli, así como instalaciones que, según
fuentes castrenses aliadas, albergan centros de comando del
Gobierno, reporta Prensa Latina.
La aviación de las potencias occidentales había lanzado un
potente ataque contra Bab Al-Aziziyah la noche y madrugada
anteriores, en lo que fue la continuación de una nueva ofensiva para
acosar a El Gadafi, pese a que voceros de la alianza niegan que sea
el blanco de sus bombas.
Poco después de la medianoche del martes se sintieron los vuelos
rasantes de la OTAN sobre Trípoli y explosiones causadas por el
impacto de los proyectiles que, a su vez, provocaron llamaradas y
elevadas columnas de humo, en medio del pánico de la población
civil.
Junto con las baterías antiaéreas y las sirenas de bomberos y
ambulancias, se escucharon en varios sectores de la ciudad media
docena de deflagraciones durante poco más de media hora, aunque a
diferencia de ayer, hasta ahora no se reportaron víctimas humanas.
La agresión de la madrugada del lunes al martes había dejado un
saldo de tres muertos y 150 heridos, todos civiles, según el vocero
del gobierno libio, Moussa Ibrahim.
Desde la pasada semana la OTAN intensificó sus acciones letales
contra la capital, Sirte y Al-Khums, en cuyos puertos hundió ocho
barcos presuntamente militares, además de dejar inutilizados otra
cantidad indefinida y las instalaciones de los espigones.
Mientras prosiguen los enfrentamientos de los rebeldes armados,
apoyados por la alianza atlántica, contra el Ejército leal a El
Gadafi, en el plano diplomático el opositor Consejo Nacional de
Transición (CNT) ganó más respaldo foráneo de parte de Estados
Unidos y Jordania.
El subsecretario de Estado norteamericano Jeffrey Feltman entregó
al líder del CNT, Mustafa Abdel Jalil, una carta del presidente
Barack Obama en la cual invita a la jefatura insurgente a abrir una
oficina diplomática en Washington, aunque aún no lo reconoce
formalmente.
Por su parte, el canciller jordano, Nasser Jawdeh, afirmó que el
reino hashemita valora al citado consejo como representante legítimo
del pueblo libio, y anunció el inminente nombramiento de un
representante permanente en Benghazi, capital de la insurgencia.