Al dar a conocer este martes el llamamiento en la Casa
Guayasamín, radicada en el centro histórico de la urbe, Alfredo
Vera, director de Relaciones Internacionales de la Fundación,
recordó "como el mundo entero conoce, que él es adverso a los
honores y alabanzas personales, pero no ha dejado de reconocer que
la amistad que se gestara hace 50 años con el artista ecuatoriano es
tan fuerte y profunda que lo condujo a permitir que nuestra familia
e institución pudiera conmemorar sus 62 años en Quito en 1988, sus
70 en 1996 estando el maestro vivo y sus 80 años en La Habana en el
2006".
Precisó que "con esta propuesta homenajeamos la vida de un
hombre, de un pueblo, de una nación, de la Revolución que ha
levantado a los más altos niveles de la historia humana los valores
de la dignidad, la soberanía y la solidaridad internacional".
Los organizadores aspiran a que participen como protagonistas los
cantautores iberoamericanos que respaldaron las tres ediciones
anteriores de los conciertos titulados Todas las voces, todas,
cuya última versión festejó el octogésimo aniversario del líder de
la Revolución cubana.
"Pero estamos seguros —apuntó Pablo Guayasamín, presidente de la
Fundación— de que no solo esos y otros músicos, sino cultores de
otras expresiones artísticas y del campo de la reflexión intelectual
se congregarán en La Habana en agosto próximo".
Pablo aclaró que la cobertura financiera del acto no implicará
erogación alguna del Estado cubano, "inmerso como está —dijo— en un
proceso de relanzar su economía", pero no dudó del éxito de la
convocatoria, pues "son muchos los que desean manifestar admiración
y respeto" a quien consideran "hermano de la Humanidad".
Al saludar la iniciativa, el doctor Armando Hart, presidente de
la Sociedad Cultural José Martí, resaltó "el importantisimo papel de
la Fundaciòn Guayasamín al llevar adelante este empeño y es nuestra
obligación contribuir a la más amplia movilización internacional de
escritores, artistas, intelectuales y ciudadanos de nuestra
América".
Además de Pablo Guayasamín y Alfredo Vera viajaron a La Habana,
para solicitar la aprobación del proyecto y hacerlo público, los
hijos del maestro, Saskia y Verenice y la primera esposa del genial
pintor, Maruja Monteverde.