WASHINGTON,
23 mayo.— Pese a frecuentes hechos de violencia, el comercio de
armas y municiones en Estados Unidos se disparó y en 2011 podría
tener un alza de 12 por ciento, indican hoy estadísticas oficiales.
Según cifras del Buró Federal de Investigación (FBI), hoy existe
un arma de fuego por cada residente en el país, y más de 200
millones de armas están en manos de civiles.
Esta situación es abordada este lunes en un amplio artículo del
diario californiano La Opinión que plantea que las tiendas de armas
en el país superan en un 20 por ciento el número de restaurantes
McDonalds, una de las empresas de cabecera de comidas rápidas,
llamadas chatarras.
La constante tendencia al alza en las ventas de los últimos tres
años se refleja en todo tipo de armamento, desde el fusil más barato
hasta el rifle calibre 50, capaz de atravesar un automóvil y chaleco
antibalas, agrega el rotativo.
Ese rifle es el arma más potente que legalmente puede adquirir
cualquier estadounidense, asegura.
En Estados Unidos, 38 estados respaldan totalmente la Segunda
Enmienda de la Constitución, que otorga el derecho a poseer y portar
armas de fuego.
Andrés Soto, miembro de Violence Policy Center (VPC), grupo que
aboga por el control en la venta de armas, sostiene que en 2010 sólo
32 por ciento de los hogares reportaron tener un arma, una fuerte
caída en la cifra máxima de 54 por ciento que había en 1977.
Las autoridades señalan que las ventas de esos artefactos
mortales llegaron a dos mil 700 millones en 2009, sin tener en
cuenta el mercado negro o el comercio informal como ferias de armas,
casas de empeño o coleccionistas privados.
Es ahí, según cifras del FBI, donde se mueve un promedio de hasta
dos millones de armas de segunda mano al año.
Algo que también resulta preocupante es que cada año se pierden
miles de fusiles nuevos que simplemente "desaparecen" de los
estantes de las tiendas.
El año pasado, por ejemplo, tras la inspección a centros de
ventas, la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y
Explosivos (ATF) encontró que hacían falta más de 21 mil armas.
"La gente se está armando hasta los dientes", comentó Lynn
Kartchner, propietario de la tienda Allsafe Security en Douglas,
Arizona, al abordar el problema.
Robert A. Levy, analista del instituto Cato, asegura que regular
el derecho constitucional de los estadounidenses de portar armas de
fuego, además de suscitar controversia, sólo genera un efecto
palpable: más ventas.