El director de fotografía chileno Antonio Manuel Claro, quien
trabajó a las órdenes del cinesta danés Lars von Trier en
Melancholia, confesó en La Habana que se preparó para esa
aventura como quien debe explorar un campo minado.
Antonio M. Claro, quien se encuentra de visita en Cuba junto al
documentalista italiano Eric Gandini —quien proyecta rodar un
audiovisual en la isla—, dijo estar consciente de que se enfrentaría
a una dura prueba. "La fama de egocéntrico de Von Trier es del
dominio público".
Se había peleado con su director de fotografía de siempre, el
inglés Anthony Dod Mantle, y yo fui el elegido tras un casting casi
interminable, explicó Claro en un diálogo con estudiantes de la
Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los
Baños.
Todo parece indicar que no le fue mal, en sus relaciones diarias
con el realizador, a quien también acompañará en su próxima
película, Ninfomanía. Lo favoreció, sobre todo, su excelente
aval: la experiencia demostrada en la cinta Reconstrucción de un
amor (2003), del danés Christopher Boe, ganadora de la Cámara de
Oro en 2003 en Cannes.
Nacido en Santiago de Chile en 1941, Claro reside en Copenhague
desde 1974. Tenía grandes expectativas con el rumbo de
Melancholia en el recién concluido festival de Cannes, pero Von
Trier las echó abajo como un castillo de naipes con sus
declaraciones sobre Hitler, los judíos y su ascendencia nazi.
Después pidió disculpas frente a lo que no pasaba de ser, a sus
ojos, una humorada de mal gusto, pero ya era demasiado tarde. El
festival lo declaró persona non grata. Los organizadores le
pidieron, además, que no acudiera a la gala de premiaciones.
Hasta ese momento, su película había hecho diana hacia una palma
de oro que casi nadie le escatimaba, pero los franceses, —invadidos
por las huestes hitlerianas durante la II Guerra Mundial, objetos de
la demencia de un kaiser que ordenó convertir a París en un montón
de ruinas ante el avance de los Aliados, cuando sentía que su poder
se acababa—, no lo perdonaron.
Al final, el cineasta tuvo que conformarse con la palma a Kistern
Dunst como mejor actriz por su papel en Melancholia, una de
las dos hermanas (la otra es Charlotte Gainsbourg) que buscan
reconciliarse ante el inminente choque de la Tierra con otro
planeta.