PINAR DEL RÍO. — Distinguida por su bosque sobre arenas blancas,
la reserva cubana de Sabanalamar cobija hoy a más de 160 especies de
la flora, casi la tercera parte de ellas endémicas.
Entre las formaciones vegetales sobresalen las poblaciones de
pinos y mangles, junto a comunidades de agua dulce, que proliferan
en dos ríos comprendidos en el perímetro Sábalo-Cuyaguateje, y en
varias lagunas.
En las áreas lacustres de la zona, situada en el occidente del
país, abundan las plantas acuáticas y nueve especies insectívoras,
confirman estudios de investigadores locales.
Expertos de la estación biológica radicada en esos predios,
aseguran que uno de los más curiosos habitantes del paraje
perteneciente al municipio de Guane, es la plynia octoclade,
diminuto arbusto exclusivo del lugar y que se encuentra actualmente
en peligro de extinción.
La floresta crece sobre un suelo compuesto por depósitos de
arenas gravas y turbas del período cuaternario, sitio considerado
una llanura marina acumulativa con un alto contenido de cuarzo.
Más de cinco mil hectáreas conforman el refugio de flora y fauna
Sabanalamar-San Ubaldo, único de su tipo en la isla.
Un número significativo de aves encuentra abrigo en ceibas,
robles centenarios y otros exponentes del reino vegetal.
A sólo metros de las plantaciones boscosas existe un centro para
la reproducción del cocodrilo americano, donde sobreviven familias
de hasta tres generaciones.
El criadero contribuye al rescate del reptil, amenazado por la
persecución de cazadores y el deterioro de sus moradas naturales.