La cuestión de la lucha por la legalidad, por la disciplina y contra
los que delinquen contra la propiedad del Estado, tiene que ser muy
firme y muy consecuente. No hay que limitarse simplemente a hacer
declaraciones públicas o condenas morales del problema. Hay que
hacer la condena moral, hay que hacer que se produzca una repulsa de
la conciencia de la comunidad contra esos delitos...
Hay que combatir el delito común con la educación y con la
represión, con las dos cosas; con la ley y con la aplicación
consecuente de la ley. Si no, resulta que habremos derrotado al
imperialismo, y los ladrones casi nos van a derrotar a nosotros.
Fidel, 2 de octubre de 1977