Así era Celia

Raquel Marrero Yanes

¿Quién era Celia? Una niña de bello rostro, tez blanca y ojos negros, nacida el 9 de mayo de 1920, en Media Luna. La distinguen el arrojo de la muchachita de campo, su naturalidad, su típico calzado corte bajo, preferentemente alpargatas con las cuales se sentía a gusto.

Dormía poco: una hora, media, diez minutos... suficientes para despertar con bríos. Hasta comía apurada para no perder tiempo.

Celia adquiere del padre la fortaleza de carácter, tenacidad, pureza de intenciones, la sensibilidad patriótica y política; de la madre, la alegría y la cordialidad. Desde adolescente manifiesta firmeza, la que luego patentiza con su inserción en el Movimiento 26 de Julio en el sur de Oriente, y en la lucha en la Sierra Maestra.

Ella es irrepetible como ser humano, fervorosa martiana. La primera mujer que integra el Ejército Rebelde; la guerrillera, heroína, combatiente del llano y la Sierra, quien comparte junto a Fidel las decisiones más importantes tomadas durante la guerra, la encargada de archivar los documentos de aquella epopeya en difíciles condiciones.

En sus funciones como secretaria del Consejo de Ministros y, posteriormente, del Consejo de Estado, trabaja con dedicación y entrega a la Patria. Así era Celia.

Su muerte el 11 de enero de 1980 dejó dolor en muchos cubanos. Como repiten sus colegas de lucha y su querido pueblo: entonces, perdimos a la flor más autóctona de la Revolución. No caben más atributos para calificarla. En esa frase está todo dicho.

 

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