Embalses con sed
RONALD SUÁREZ RIVAS
Desde lo alto del dique, Juan Carlos Pedroso, el técnico de la
obra, indica la marca de hasta dónde llega el agua en condiciones
normales, y luego señala el abismo enorme que la separa del nivel
actual, para resumir la situación en cuatro palabras: "la cosa está
mala".
El
bajo nivel de los embalses podría comprometer la campaña de
primavera.
Con apenas 5,6 millones de metros cúbicos embalsados —el volumen
más bajo en 12 años— la presa pinareña Herradura, cuya capacidad de
almacenaje es de 58,31 millones, está a punto de llegar a lo que los
especialistas llaman "el nivel muerto", a partir del cual ya no se
permite seguir extrayendo agua.
Desde hace meses, un férreo control en el manejo del líquido ha
permitido aprovecharlo con racionalidad, pero ante la prolongada
sequía que vive Vueltabajo, comienzan a escasear las opciones.
A lo largo de la provincia, la situación es tensa. De una
capacidad total de 781,18 millones de metros cúbicos, sus 24
embalses poseen solo 267 millones (el 34%).
Juan
Carlos señala el nivel normal de las aguas, y el abismo que lo
separa de su situación actual.
La cifra, no obstante es engañosa, pues incluye un volumen que
deberá mantenerse para preservar la vida de los peces y por tanto,
no se puede utilizar en el riego.
Ese es el caso de la presa La Juventud, la mayor de todas, que
con algo más de 14 millones, ya casi está en su nivel muerto.
MALDICIÓN DE LA NATURALEZA
Tal panorama es resultado de la disminución significativa de las
precipitaciones durante los últimos años. En el 2009, por ejemplo,
las lluvias registradas solo alcanzaron el 87% de la media
histórica, mientras en el 2010 fue el 86%.
"A ello se une que la distribución no nos ha favorecido, pues ha
estado lloviendo en sitios que no permiten el escurrimiento hacia
los embalses", añade Eduardo Lóriga, director general de la Empresa
de Aprovechamiento Hidráulico, y a renglón seguido argumenta:
"El año pasado, en las áreas arroceras —ubicadas al Sur de la
provincia-— hubo dificultades para la preparación de tierras debido
a los aguaceros intensos ocurridos en esa zona, sin embargo, al
Norte, donde se encuentran las presas, apenas llovió".
Precisamente, los 13 embalses que tributan al complejo arrocero
del Sur pinareño son los que afrontan la situación más crítica,
sobre todo si se tiene en cuenta que asociados a ellos existen
actualmente cerca de 11 000 hectáreas del cultivo.
"La mayoría se encuentra en el momento pico del riego, cuando se
necesita mayor cantidad de agua para cubrir la demanda de las
plantaciones", precisa Lóriga.
Pero los embalses controlados por su entidad están deprimidos,
con apenas 167,6 millones de metros cúbicos (el 28% de su
capacidad), de los cuales solo se pueden utilizar 89 millones.
Si a simple vista la cifra parece pequeña, el especialista añade
que "esa cantidad tampoco llegará en su totalidad a los campos,
pues, a pesar de que el estado de los canales es favorable, siempre
existen pérdidas por evaporación e infiltración, entre otras
causas".
ATENUAR EL PROBLEMA
Ante lo que parece un capricho de la naturaleza, las acciones
para hacer un uso eficiente del poco líquido disponible no se han
hecho esperar.
Entre ellas destaca la organización de las siembras de manera tal
que se pueda reutilizar el agua de los drenajes.
"Desde principios de febrero establecimos un chequeo cada 10
días, de conjunto con el CAI Arrocero Los Palacios, con el propósito
de evaluar puntualmente la situación y evitar que se vayan a afectar
cultivos o se desperdicie agua", explica el director de la empresa
de Aprovechamiento Hidráulico.
Por otro lado, se adoptan medidas dirigidas a evitar la
proliferación de actos de indisciplina social.
"Hay personas que, en zonas apartadas y horarios nocturnos, han
tratado de manipular las compuertas para beneficiarse", precisa
Lóriga. "De modo que hemos orientado incrementar la permanencia del
personal en las instalaciones, al tiempo que se están creando puntos
de control en lugares vulnerables para reforzar la vigilancia".
De esa manera, los especialistas esperan poder asegurar la
campaña de frío, pero advierten que de persistir la sequía, se
comprometería la de primavera, algo que ya sucedió en el 2010.
"Solo en lo que va de año, se ha dejado de recibir en los
embalses arroceros alrededor de 25 millones de metros cúbicos
—suficientes para garantizar el riego de 1 510 hectáreas— que
habíamos previsto de acuerdo al comportamiento de la media histórica
de precipitaciones en las últimas cuatro o cinco décadas.
"Ante esa realidad, hemos optado por proteger lo que ya está
sembrado", explica Lóriga.
Mientras tanto, sobre lo que hasta hace poco fuera parte del
fondo de los embalses, que la prolongada sequía ha ido poniendo al
descubierto, el ganado de la zona pugna por hallar algún vestigio de
pasto verde.
Desde lo alto del dique, Juan Carlos Pedroso, el técnico de la
presa Herradura, comenta que "ellos también sufren la situación" y,
tal como nosotros, dependen de una solución que irremediablemente
deberá caer del cielo.
En comparación con los embalses que tributan a la agricultura,
los destinados al abasto de agua a la población poseen una situación
más favorable (al 61 % de su capacidad de llenado).
No obstante, asociado a la sequía se registra una reducción por
debajo del nivel mínimo histórico de las aguas subterráneas en la
zona que comprende los municipios de San Juan y Martínez y San Luis,
mientras en el de Pinar del Río también ha tenido lugar un descenso
significativo. Ello obliga a extremar las medidas para hacer un uso
eficiente del vital líquido. |