NACIONES UNIDAS, 9 mayo.— Naciones Unidas insistió hoy en
establecer una pausa en el conflicto en Libia para poder evaluar la
real situación humanitaria, suministrar ayuda médica y de otro tipo
y evacuar a extranjeros y heridos.
La demanda fue expuesta por la subsecretaria general de la ONU
para Asuntos Humanitarios y Asistencia de Emergencia, Valerie Amos,
ante el Consejo de Seguridad.
Todas las partes deben acordar una pausa temporal en el conflicto
en (la ciudad de) Misrata y otras áreas, apuntó la funcionaria
durante una nueva sesión de ese órgano de 15 miembros dedicada a la
crisis en Libia.
Ese paréntesis permitirá un respiro a la población civil y que
abandonen el país quienes así lo deseen, apuntó la funcionaria al
reclamar un estudio sobre la situación en materia humanitaria, en
particular en los aspectos médicos y de suministros, dijo PL.
Para Amos, la forma en que se aplican las sanciones impuestas por
el Consejo de Seguridad contra Libia provoca serias demoras en la
llegada de mercancías, cuando crece la escasez de alimentos,
combustible, medicinas y de otros bienes esenciales.
El impacto de esa situación tiene dimensión nacional y alcanza a
todos los sectores, dijo.
En Trípoli solo puede laborar un 45 por ciento del personal de la
salud después que miles de enfermeras y médicos extranjeros
abandonaron el país al inicio del problema, señaló.
Amos hizo hincapié en que la distribución de la ayuda humanitaria
debe continuar separada de las actividades militares de todas las
partes del conflicto.
No obstante, admitió una posibilidad en ese sentido al señalar
que sólo como último recurso serían movilizados los activos
militares generosamente ofrecidos por algunos Estados miembros (de
la ONU). Todavía no hemos alcanzado ese punto, explicó.
Asimismo sostuvo que los próximos dos o tres meses serán un
período crítico para Libia y explicó que hasta ahora la ONU nada más
ha recibido el 46 por ciento del monto de ayuda solicitada para la
asistencia humanitaria a ese país.
La subsecretaria general informó que 746 mil personas han
abandonado Libia, mientras otras cinco mil permanecen en puntos
fronterizos con Egipto, Túnez y Níger y unas 58 mil viven en
albergues improvisados dentro del territorio nacional.