Los estados norteamericanos deben seguir el ejemplo de Illinois y
abandonar el programa antiinmigrante conocido como comunidades
seguras, demandó hoy el diario californiano La Opinión.
El gobernador Pat Quinn dijo basta y envió al Departamento de
Seguridad Interna una carta, en la cual avisó que dentro de 30 días
ese territorio retirará su participación en la controversial
iniciativa, recuerda el periódico en un editorial.
Illinois firmó con el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) un
acuerdo para identificar y deportar a inmigrantes que "han sido
convictos de serios delitos", pero la mayoría de los repatriados no
cumplen ese criterio, advierte el matutino.
La Opinión destaca que ese es el primer estado en fijar tal
posición sobre el programa, que recibe numerosas críticas por
dividir familias y deportar a trabajadores en vez de delincuentes.
El diario The New York Times reveló la pasada semana que
comunidades seguras enfrenta una fuerte oposición en el país.
Como ejemplo cita el caso de California, donde el Congreso
estudia un proyecto de ley que permitiría a los agentes del orden
elegir si desean participar en ese plan.
También el gobernador de Massachussets, Deval Patrick, cuestinó
con dureza la normativa y el condado de Montgomery, en Maryland,
decidió retirarse de la misma.
Similar decisión siguieron varios condados metropolitanos de esta
capital.
También enfrenta la oposición del Caucus hispano del Congreso
federal, la mayoría de cuyos miembros son demócratas al igual que el
presidente Barack Obama.
Según reporte de Prensa Latina, esa postura provocará un choque
con la Casa Blanca, porque la secretaria de Seguridad Nacional Janet
Napolitano afirmó en reiteradas ocasiones que el programa es
obligatorio y se extenderá a todas las jurisdicciones del país en
2013.