LONDRES. — Más de medio centenar de inmigrantes africanos murió
en el Mediterráneo de hambre y sed cuando navegaban hacia la isla
italiana de Lampedusa, pese a establecer contacto con unidades
militares europeas y de la OTAN.
El barco en el que viajaban 72 personas sufrió una avería a fines
de marzo último y sus tripulantes, entre ellos mujeres y niños,
pidieron auxilio, pero los militares desatendieron las llamadas,
denuncia este lunes el diario británico The Guardian.
De acuerdo con esa fuente, la embarcación envió señales de alarma
a la guardia costera italiana y estableció contacto con un
helicóptero y un buque de guerra de la OTAN.
La barcaza, que zarpó del puerto de Trípoli tras el inicio de la
agresión militar de la Alianza Atlántida contra Libia, permaneció a
la deriva en alta mar durante 16 días y solo 11 de sus tripulantes
lograron sobrevivir.
Abu Kurke, uno de los supervivientes, relató a The Guardian que
cada mañana encontraban más cadáveres que, después de 24 horas, los
arrojaban al mar.
Según estipula el derecho marítimo internacional, todos los
buques, incluidos los militares, están obligados a atender llamadas
de socorro y prestar auxilio a otras embarcaciones que se encuentran
en las proximidades y estén en peligro.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a
través de su portavoz Laura Boldrini, subrayó que el Mediterráneo no
puede convertirse en el lejano oeste. Quienes hacen oídos sordos
ante llamadas de auxilio en el mar deben ser castigados, agregó.
Organizaciones defensoras de los derechos de los refugiados
exigen una investigación de lo ocurrido, mientras ACNUR pide mayor
cooperación para salvar vidas entre los barcos, tantos comerciales
como militares.
La investigación del diario británico llegó a la conclusión, en
base a la investigación efectuada, de que el buque de la OTAN era el
barco francés Charles de Gaulle.
En principios, las autoridades galas negaron la presencia del
portaaviones en la zona de la tragedia en la fecha indicada y luego
se negaron a comentar las noticias publicadas.
Por su parte, representantes del grupo de los 28 aliados
anunciaron la apertura de una investigación sobre lo publicado por
The Guardian.