Apoyada por una noche de intensos bombardeos de la OTAN, la
rebelión libia arreció este martes sus acciones armadas para
intentar avanzar de Ajdabiya a Brega, luego de rechazar una
iniciativa mediadora de la Unión Africana (UA).
La televisión estatal de Libia reportó nuevos ataques aéreos de
la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre
posiciones civiles y militares en Misratah, la tercera ciudad del
país y escenario de la mayor sublevación en la región oeste, reporta
Prensa Latina.
Tras calificarlos de agresores cruzados y coloniales (en alusión
a tiempos medievales), el canal Al-Jamahiriya destacó que esos
bombardeos también se sintieron en las últimas horas sobre sitios
residenciales y del Ejército en el distrito de Al Jufrah (centro) y
Ajdabiya (este).
Ajdabiya es considerada puerta de acceso al principal bastión
rebelde en la ciudad este de Benghazi, la segunda de Libia y sede
del opositor Consejo Nacional de Transición (CNT), y fue retomada
por los insurrectos el domingo gracias a los misiles disparados por
la OTAN.
Los irregulares indicaron que limpiaron ayer las afueras de la
ciudad y la carretera hacia Brega de cadáveres carbonizados y los
restos de vehículos artillados destruidos a los gubernamentales.
Un representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)
describió como preocupante y dramática la situación humanitaria para
la población civil en aquella zona, y anunció que su personal se
desplegó allí para entregar hospitales móviles, alimentos y
medicinas.
Igualmente, el CICR anunció en comparecencia ante las autoridades
de Trípoli que sus socorristas visitaron a soldados gubernamentales
capturados por los alzados, y que abrirá una oficina aquí que
trabajará apegada a su condición neutral, imparcial e independiente.
Ante el anuncio de que el CICR enviará un equipo a Misratah para
asistir a civiles atrapados en el conflicto, el ministro de Asuntos
Sociales, Ibrahim Zarouk, alertó que algunas operaciones de ayuda
han sido usadas como cobertura para llevar suministros a la
rebelión.
Si la ayuda humanitaria es traída mediante organizaciones
especializadas en ese tipo de trabajo, será bienvenida, pero si
viene con un rostro militar, no la aceptaremos, eso es básicamente
una declaración de guerra y llevaría a un conflicto mayor, apuntó
Zarouk.
Pese a acusar a El Gadafi de sitiar Misratah durante seis
semanas, los insurrectos que combaten allí avalaron el rechazo del
CNT a un plan de armisticio presentado ayer en Benghazi por una
delegación de presidentes de países de la Unión Africana.
La UA propuso un alto el fuego, abrir corredores humanitarios y
diálogo incluyente para propiciar una transición que tomara en
cuenta la voluntad de los libios, pero la oposición lo consideró
obsoleto y exigió la renuncia de El Gadafi y su salida del país
junto a sus hijos.
Saif Al-Islam, hijo del líder, desestimó la pretensión del CNT y
aseguró que en el Gobierno deseamos sangre nueva para el futuro de
Libia, pero hablar de salida (de su padre) es verdaderamente
ridículo.
En entrevista con un canal francés, reproducida aquí, Saif señaló
que si Occidente desea democracia, nueva Constitución, elecciones,
aceptamos en ese punto, pero debe ayudarnos a crear un clima
propicio, y los bombardeos y la ayuda a los rebeldes son
contraproducentes.