España prevé prorrogar la participación de sus tropas en la
coalición militar extranjera que desde el pasado 19 de marzo
bombardea Libia bajo el paraguas de Naciones Unidas, anunció este
martes en Madrid una fuente oficial.
El presidente del Congreso de los Diputados (Cámara baja), José
Bono, anticipó que una postura en esa dirección sería adoptada por
el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero el próximo viernes,
durante la reunión semanal del Consejo de Ministros, reporta Prensa
Latina.
La misión española en Libia, que expira el venidero 22 de abril,
está integrada por cuatro cazabombarderos F-18, un avión de
reabastecimiento en vuelo, una fragata F-100, un submarino y una
aeronave de vigilancia marítima.
En un acto de mero trámite, la cámara baja de las Cortes
Generales (Parlamento) avaló el pasado 22 de marzo la intervención
ibérica en los ataques contra el país norteafricano, amparada por
una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Rodríguez Zapatero acudió entonces al Congreso para solicitar su
aval a esa incursión, tres días después de que los aparatos de
combate españoles partieran hacia la zona, donde ya había comenzado
la ofensiva contra las tropas de Muamar el Gadafi.
Bono consideró que de aprobarse la extensión de la misión, la
cámara baja deberá convocar una reunión, previsiblemente el próximo
martes, para que la ministra de Defensa, Carme Chacón, presente la
solicitud formal ante el cuerpo legislativo.
Hasta el momento, los cuatro cazas F-18 desplegados por Madrid en
la base italiana de Decimonannu sólo realizaron operaciones de
patrullaje en los cielos libios para mantener la zona de exclusión
aérea aprobada por la ONU y que dio pie a la agresión.
En la sesión parlamentaria que ratificó la decisión del Ejecutivo
de apoyar el uso de la fuerza contra el país magrebí, Izquierda
Unida (IU) y el Bloque Nacionalista Gallego condenaron la
participación de España.
Tanto el portavoz de IU en la cámara baja, Gaspar Llamazares,
como el vocero de los nacionalistas gallegos en ese cuerpo,
Francisco Jorquera, advirtieron que el camino elegido por Occidente
agravará el sufrimiento del pueblo libio.
Digo no a la guerra porque los argumentos esgrimidos, si bien
están amparados por Naciones Unidas, no son ni la defensa de los
derechos humanos ni de la democracia, principios que ni se exportan
y menos se imponen por la fuerza, denunció Llamazares.
Para el diputado de la tercera fuerza política en votos de
España, resulta hipócrita hablar de derechos humanos cuando en el
mundo hay 32 conflictos similares al de Libia y en ninguno se aplicó
hasta el momento la intervención para resolverlos.