BRASILIA,
5 abril.— La presidenta Dilma Rousseff, una excombatiente contra la
dictadura militar, recibió hoy las máximas condecoraciones del
Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea de Brasil, por primera vez
otorgadas a una mujer.
En ceremonia efectuada en el Palacio de Planalto (presidencia),
Rousseff recibió las insignias de Gran Maestra de las Órdenes del
Mérito, de la Defensa, Naval, Militar y Aeronáutica, las más altas
condecoraciones concedidas por el Ministerio de Defensa y los
comandos de la Marina, el Ejército y la Fuerza Aérea de Brasil,
reportó Prensa Latina.
Al agradecer las distinciones, la presidenta sostuvo que no
existe desarrollo económico y social, así como una política externa
soberana, sin un plan de defensa efectivo y agregó que no se
construye un gran país sin que este sea capaz de conciliar la
defensa de sus intereses y la paz permanente entre las naciones.
Tras indicar los avances significativos en esta esfera en Brasil,
Rousseff afirmó que aún resulta imprescindible disminuir las
vulnerabilidades, consolidar una industria nacional dinámica,
modernizar los medios operativos, integrar los tres cuerpos armados
y aumentar la capacidad institucional del Ministerio de Defensa.
Las riquezas de los grandes yacimientos de hidrocarburos
descubiertos a grandes profundidades en el Atlántico, en el subsal,
imponen una nueva práctica para las fuerzas de defensa, sostuvo.
Aseguró que la garantía efectiva de la soberanía nacional, la
protección de las fronteras, tanto en el océano como en la Amazonía,
se transformarán en la prioridad de la estrategia de defensa de
Brasil, a fin de asegurarle a las próximas generaciones un verdadero
pasaporte para el futuro.
Precisó que Brasil es un país con vocación para la paz, con la
cual tiene compromisos históricos, y por eso se enorgullece de vivir
en concordia con sus 10 vecinos desde hace más de un siglo, fruto de
una relación armónica que pretende profundizar en su gobierno.
Sin embargo, sólo a través de una fuerza de disuasión convincente
tendremos la seguridad de mantener la paz, subrayó la mandataria y
añadió que sabe también que el papel que Brasil decidió asumir le
exigirá un nuevo protagonismo.
"La misión de paz en Haití, liderada con tanta honra y humanidad
por nuestras Fuerzas Armadas son un ejemplo destacado de las
responsabilidades brasileñas en el orden global", señaló Rousseff.