SANAA.
— Al menos dos personas murieron este martes en esta capital durante
masivas protestas antigubernamentales, unas 24 horas después de que
otras 17 perecieran en circunstancias similares en Taiz, ciudad
sureña donde persisten las manifestaciones.
Portavoces de la oposición indicaron que fuerzas de seguridad y
supuestos agentes vestidos de civil dispararon balas reales contra
activistas que demandaron la renuncia del presidente Ali Abdulah
Saleh en una concentración en la llamada Plaza del Cambio de Sanaa.
La movilización congregó a estudiantes universitarios, desertores
del Ejército, activistas de partidos políticos y miembros de algunas
tribus influyentes que rechazaron un plan del mandatario para
dilatar una transición hasta finales de este año.
Según testigos, docenas de manifestantes resultaron heridos en
los choques en inmediaciones de la Universidad de Sanaa entre
fuerzas leales a Saleh y soldados que apoyan a los inconformes.
Hombres apostados en sitios estratégicos de la capital abrieron
fuego en una acción parecida a la del lunes y domingo últimos en
Taiz (sur) y Hudaidah (suroeste), donde también continúan los actos
reivindicativos contra Saleh y su Gobierno.
El gobernador de la provincia de Taiz, Hamoud Al-Soufi, anunció
hoy la formación de un comité para investigar las circunstancias de
los "desafortunados incidentes" ocurridos ayer, en los que -según la
oposición- murieron abatidos por las balas 17 manifestantes.
Los disparos, que causaron también 30 heridos, los hicieron
francotiradores apostados en azoteas de edificios, un hecho que Al-Soufi
"reprobó profundamente", aunque también criticó ataques de
opositores al edificio de Gobierno y al palacio presidencial en Taiz.
Por otro lado, se afirmó un total de 22 víctimas mortales en las
últimas horas, tomando en cuenta los decesos por ataques contra
adversarios del Gobierno en Hudaidah, lo que elevó a más de 150 las
bajas letales desde el inicio de las revueltas, el 27 de enero.
Asimismo, un portavoz del Ejército confirmó a medios
periodísticos la localización de los cadáveres de dos soldados
secuestrados el jueves por miembros de una tribu en una carretera de
la aldea de Loder en la provincia meridional de Abyan, un bastión de
Al-Qaeda en Yemen.
Precisamente, los opositores aseveran que el respaldo de Estados
Unidos a Saleh se mantiene por su colaboración con la ofensiva
antiterrorista de Washington contra Al-Qaeda en la Península Arábiga
(AQPA), subordinada a la red de Osama Bin Laden.
Sin embargo, informes difundidos ayer indicaron que la Casa
Blanca comenzó a barajar opciones para estabilizar la situación en
este país supuestamente a partir de una salida negociada del jefe de
Estado.
La administración estadounidense abogó por un calendario para la
transición, mientras advirtió del peligro de que AQPA pueda
aprovecharse del vacío de poder en Yemen para realizar sus ataques.
En el mismo tono, el Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico,
integrado por seis países árabes, invitó al gobierno y la oposición
de Yemen a participar en un diálogo político en Arabia Saudita para
poner fin a la crisis y la inestabilidad en la zona.