TOKIO,
4 de abril.— Ingenieros japoneses comenzaron a arrojar al Océano
Pacífico al menos 11 500 toneladas de agua radiactiva de la planta
nuclear de Fukushima,·a fin de tener espacio en los depósitos para
trasladar allí el líquido con una radiactividad aún más elevada que
inunda los reactores 1, 2 y 3, y que dificulta las labores de los
operarios para enfriarlos, según reporta Notimex.
Del total, 10 000 toneladas proceden de depósitos especiales de
la planta, mientras que otras 1 500 se encontraban en el interior de
los reactores 5 y 6.
"No tenemos más opción que verter esa agua contaminada en el
océano como medida de seguridad", dijo el portavoz del Gobierno,
Yukio Edano.
El líquido excede 100 veces el límite legal de yodo-131, un nivel
relativamente bajo en comparación con el del agua que inunda algunas
áreas de la planta nuclear, con una radiación hasta 100 000 veces
superior, dijo TEPCO.
Los ingenieros tienen previsto construir una cortina gigante de
sedimentos en el océano para impedir que la contaminación se expanda
desde la planta de Fukushima.
El Gobierno nipón instó a TEPCO a actuar con más rapidez para
frenar la expansión de la radiación. En tanto, el Organismo
Internacional de Energía Atómica (OIEA) acusó a la empresa operadora
de Fukushima de no haber tomado las medidas adecuadas para evitar el
accidente nuclear.
"En retrospectiva, las medidas tomadas por la empresa no fueron
suficientes", dijo el director general de la agencia nuclear de la
ONU, Yukiya Amano, en rueda de prensa en Viena.
Según el OIEA, 21 de los trabajadores que permanecen en Fukushima
sufren alteraciones genéticas a causa de la radiación. Todos ellos
deberán someterse a reconocimientos intensivos para estudiar su
evolución ante el aumento de la probabilidad de sufrir cáncer.