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Una cooperativa demuestra cómo producir más frijoles
Juan
Varela Pérez
juan.pvp@granma.cip.cu
Los incrementos de los precios en los alimentos en el mercado
mundial son alarmantes y las proyecciones nada halagüeñas.
La
atención fitosanitaria contribuye a que los resultados sean más
alentadores.
El problema es así más o menos: si usted tenía hace meses 100
pesos para comprar una cantidad de alimentos, hoy para adquirir ese
mismo volumen tiene que invertir entre 125 y 130 pesos. En ese grupo
está el frijol, plato favorito en la mesa del cubano.
En las Empresas Agropecuarias del país existen condiciones y
disposición para lograr una mayor producción de este cereal e
involucrar en ella, en mayor o menor cuantía, a las más de 3 200
Cooperativas de Producción Agropecuaria y de Créditos y Servicio
organizadas en el país.
Los "finqueros" de todas las entidades saben que el bajo
rendimiento de la campaña anterior —menos de una tonelada por
hectárea—, no puede ser el patrón de medida y menos tomarse para
futuras comparaciones. Estas necesitan ser lo más real posible para
evitar una imagen que tienda a desinformar.
Tres
tipos de frijoles se cosechan en la Cooperativa: negro, colorado y
blanco.
Con su ejemplo los asociados de la Cooperativa de Producción
Agropecuaria (CPA) Ubaldo Díaz Fuentes, de Güira de Melena,
provincia de Artemisa, demuestran que es posible hacer mucho más si,
al utilizarse los recursos e insumos, estos no se malgastan y prima
la organización.
No obstante calificar de modestos los avances en ese cultivo, la
cooperativa estima factible hacer mucho más e incrementar anualmente
el rendimiento por hectárea.
Por ser una planta muy sensible en su desarrollo, esta requiere
la entrega en fecha del llamado "paquete tecnológico" indispensable
para asegurar las medidas fitosanitarias y ejercer en tiempo el
control sobre plagas y enfermedades.
La
CPA Ubaldo Díaz se afana por incrementar anualmente el rendimiento
por hectárea.
El clima ayuda,
pero...
La influencia del clima es poderosa, pero no es la única que
garantiza el contenido del plan, afirma el ingeniero Carlos Enrique
González, presidente de esta CPA que invierte 0,72 centavos para
producir un peso.
Es cierto que estimula disponer de los beneficios del riego, el
aumento del precio a los productores y las condiciones climáticas
ayudan, pero lo básico radica en la exigencia porque se hagan las
cosas debidamente como lo es la asistencia integral, adecuada
preparación del suelo y el empleo de semillas certificadas, de
calidad, por mencionar algunos ejemplos.
Sin aplicar todavía lo óptimo que el frijol demanda, en la Ubaldo
Díaz cerraron la campaña con 1,57 toneladas por hectárea, el más
alto de las últimas cinco cosechas.
Este colectivo agrario lidera ese indicador y los asociados
coinciden en que dada su importancia en la alimentación del cubano,
le conceden al frijol la más alta prioridad.
De las 43,4 toneladas que representan el volumen total de su
cosecha de frijol, vendieron el grueso al Ministerio de Comercio
Interior para el balance nacional, otra parte fue entregada a la
Empresa de Semillas y el resto se destinó al consumo de los
cooperativistas.
Aunque lo consideran un aporte todavía modesto desarrollan un
proceso de discusión para hacer renuncia oficial de la cuota normada
que reciben.
EL MÁXIMO A LA TIERRA
No somos poderosos en frijoles —explicó Jesús Torres,
fitosanitario devenido hombre-orquesta por sus variadas funciones—,
pero no podíamos estar ajenos a la necesidad de contribuir y
sacarles, pese a cualquier limitación, el máximo a las 30 hectáreas
vinculadas a ese programa.
El ciclo del frijol dura unos 110 días —señala— pero este debe
rebasar sin problemas el tiempo que media entre la germinación y los
siguientes 60 días hasta llegar saludable a la floración. Durante
esa etapa es imprescindible inmunizar las plantaciones para que
resistan el ataque de "enemigos" como la mosca blanca y el thrips
palmer.
La experiencia nos dice —agrega el presidente de la CPA— que a la
agricultura le urge en no pocas ocasiones adaptar su calendario a
los cambios climáticos operados en el mundo y Cuba no es la
excepción. Por eso es aconsejable sembrar el frijol temprano para
iniciar la recolección a más tardar en febrero. Nosotros, por
ejemplo, nunca habíamos sembrado en septiembre y la mejor respuesta
es el rendimiento de hoy.
A veces se olvida que la presencia de las malezas constituye un
silencioso veneno al evaluarse el rendimiento por hectárea,
disminuir el follaje y tamaño, y el número de las vainas. Sus campos
reclaman, incluso, más que otros cultivos, un tratamiento esmerado
del fomento a la recogida.
Hay que apelar a todas las vías para que la cantidad comprometida
con el balance nacional sea puntual.
La organización y la disciplina en el trabajo, la vinculación del
hombre al área, la atención y el estímulo que estos y sus familiares
reciben, convierten a la CPA Ubaldo Díaz Fuentes, creada el 19 de
abril de 1982, en un colectivo que sobresale en la Asociación
Nacional de Agricultores Pequeños.
Ellos le ponen un extra al frijol y esperan que el resto de las
cooperativas sigan por ese camino sin olvidar que la suma de lo que
hagan puede ir en ascenso.
La entrega y el compromiso de quienes labran la tierra en Güira
de Melena, en busca de más frijoles, deben prender en todos los
agricultores a lo largo del archipiélago. |