JERUSALÉN. — Aviones israelíes bombardearon este jueves Gaza
luego que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, amenazó con una
respuesta agresiva y responsable para restablecer la seguridad en
venganza, dijo, por un atentado que provocó aquí un muerto y 39
heridos.
El mando militar de Israel confirmó tres incursiones aéreas sobre
la franja costera palestina, hasta ahora sin reportes de víctimas
humanas, pero con daños a varios objetivos supuestamente de las
milicias islamistas en la Ciudad de Gaza y en la frontera de Rafah
con Egipto.
Según el Ministerio de Defensa sionista, dos de los ataques
destruyeron igual número de túneles subterráneos en el sur de Gaza
limítrofe con Egipto y un tercero impactó en la capital de la
franja.
Las agresiones estuvieron antecedidas de intimidaciones de
Netanyahu a raíz de la explosión el miércoles en la tarde de una
bomba oculta en una bolsa y colocada cerca de una estación de
autobús del oeste de la ciudad santa, con saldo de un muerto y al
menos 39 heridos.
El portavoz de las fuerzas de seguridad Magen David Adom indicó
que el artefacto explosivo tenía entre uno y dos kilogramos, y que
continúa la búsqueda de un hombre descrito por varios testigos como
la persona que dejó la bolsa bomba en la parada del autobús.
El atentado en esta ciudad santa ocurrió después de una andanada
de agresiones desde tierra y aire de militares sionistas contra
objetivos civiles y militares en Gaza, acciones que a su vez han
sido respondidas con el lanzamiento de cohetes y obuses de mortero a
suelo israelí.
Horas antes del bombazo las Brigadas Al-Quds, rama armada del
grupo Jihad Islámica, reivindicaron el disparo de dos cohetes sobre
Beersheva en represalia por ataques israelíes a Gaza que un día
antes causaron la muerte de ocho palestinos, cuatro milicianos y el
resto civiles.
También ayer las brigadas Ezzedin Al-Qassam, brazo militar del
movimiento islamista Hamas, que controla Gaza, lanzaron obuses cerca
de Ashkelon (sur), sin causar víctimas, para vengar la muerte de dos
de sus hombres el 16 de marzo, cuando Israel arreció los ataques.
Comentaristas locales recordaron que el atentado del miércoles
coincidió igualmente con el anuncio de que el parlamento israelí
aprobó una controversial ley que permite al Estado negar el
financiamiento a entidades que cuestionen su naturaleza judía.
Grupos defensores de los derechos civiles criticaron la normativa
bautizada como la ley Nakba (catástrofe, en árabe) por considerarla
antidemocrática y restringir la libertad de expresión de la minoría
árabe-israelí que constituye una quinta parte de la población.