El abogado norteamericano Leonard Weinglass, representante legal
de Antonio Guerrero e incansable luchador por la causa de los Cinco,
murió ayer en Nueva York, confirmaron a CubaDebate personas
allegadas a él.
Weinglass nació un día como ayer, pero de 1933. Cumplía
exactamente 78 años.
Desde los Ocho de Chicago hasta Jane Fonda, de Angela Davis a los
secuestradores de Patty Hearst, de Daniel Ellsberg a Amy Carter,
Weinglass ha representado a los acusados en muchos de los más
espectaculares procesos judiciales de Estados Unidos.
Fue el juicio a los Ocho de Chicago, los manifestantes contra la
Guerra de Vietnam arrestados durante las protestas en la convención
del Partido Demócrata en 1968, el que lanzó a Weinglass al primer
plano legal. Entre los acusados se encontraban Abbie "Steal This
Book" Hoffman; Tom Hayden, un activista político que posteriormente
se convirtió en congresista demócrata; y Bobby Seale, que se
apareció en la corte esposado y con su boca amordazada. El juicio es
el tema de una próxima película de Steven Spielberg. Unos años
después, Weinglass se encontró defendiendo a Daniel Ellsberg, el
hombre que, en 1971, filtró a la prensa los documentos del Pentágono
acerca de la historia secreta de la Guerra de Vietnam, que sirvieron
de instrumento para el derrumbe del presidente Nixon. Weinglass se
ha mantenido en contacto con muchos de sus antiguos clientes.
En una entrevista realizada por CubaDebate en el 2004, Weinglass
explicó sin rodeos por qué aceptó ser el abogado de Antonio, y
apoyar la causa de los Cinco. Sus palabras lo retratan:
"Nunca he ejercido como abogado para obtener dinero o en litigios
de dinero, donde alguien desea sacar provecho de otro. Desde que
estudié en la universidad y nos enseñaron que ser abogado era un
compromiso de justicia, lo asumí como tal, con absoluta pasión.
Desde entonces me he involucrado en casos donde se dirime la
justicia, o tienen un carácter político tal y como yo entiendo la
política —un compromiso con aquellos a quienes se les niega
cotidianamente la justicia—. Y, también, en procesos que, a veces,
adquieren dentro de Estados Unidos una trascendencia internacional.
En este caso se han entrelazado esos tres elementos, pero hay algo
más: representamos a cinco seres humanos excepcionales. Antonio para
mí no es cualquier defendido. Ser su abogado es más que eso. Es,
sencillamente, un honor".