HANOI. — Dos nuevas palmas reales crecen hoy en el corazón de
Hanoi, donde la Asociación de Amistad Vietnam-Cuba demostró su
eficiencia cumpliendo dos tareas con una iniciativa.
Amen de constituir un elocuente símbolo de la hermandad entre
ambos países, sólida y creciendo, la siembra del árbol nacional de
Cuba constituyó a su vez un homenaje al líder Ho Chi Minh.
Ocurre que por estos días Vietnam celebra su tradicional Festival
de siembra de árboles, nacido en 1960, cuando el ambientalismo ni
era moda ni era urgente, pero fue promovido por el Tío Ho.
Hasta la Residencia del embajador de Cuba llegaron los amigos de
la isla en Hanoi, y con ellos una súbita ola de reporteros, cuya
asistencia demostró cuánto aman aquí a la Revolución cubana.
Nguyen Thi Kim Ngan, ministra de Trabajo, Inválidos de Guerra y
Seguridad Social, encabezó la ceremonia junto al embajador cubano,
Fredesmán Turró, quien resaltó la significación del gesto.
Turró garantizó que los diplomáticos cubanos cuidarán con esmero
estas palmas para que crezcan y se desarrollen como las relaciones
de hermandad y solidaridad que unen a Vietnam y Cuba.
La ministra, elevada en enero último al Secretariado del Partido
Comunista de Vietnam, ratificó que las relaciones con Cuba son y
serán fuertes y resistentes a las adversidades del tiempo.
También asistió el empresario Le Van Kiem, Héroe Nacional del
Trabajo, que recién donó 50 mil dólares para los niños cubanos sin
amparo filial y para reparar el capitalino parque Nguyen Van Troi.