TOKIO. — Las labores para aliviar la crisis en la central nuclear
japonesa de Fukushima-1 tropezaron este miércoles con dificultades
adicionales, incluido un aumento de la temperatura en un reactor y
la salida de humo negro de otro.
El alivio aportado por la conexión de las seis unidades de la
planta a una fuente externa de electricidad, tarea concluida la
víspera, perdió terreno ante los nuevos problemas de una tragedia
que preocupa más allá de las fronteras de este archipiélago.
Según informó la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, la
temperatura en la vasija de la unidad 1 por momentos se elevó a 400
grados centígrados, lo que obligó a inyectarle una gran cantidad de
agua de mar para tratar de enfriarla.
A las 10:00 hora local ese indicador disminuyó a 390 grados,
todavía por encima del máximo de 302 fijado por su fabricante.
Un aumento de la presión en el reactor incrementa los riesgos de
daños a la instalación, ante lo cual sería necesario liberar vapor
radiactivo para reducirla.
Luego se informó la salida de humo negro, cerca de las 16:20 hora
local, procedente de la unidad 3.
Por esa razón los trabajadores fueron evacuados, sin que se
conocieran las causas de la nueva situación, de acuerdo con la
empresa Tokyo Electric Power Co., operadora de la planta.
Entre otras afectaciones, se estima que el núcleo de ese reactor
se fusionó parcialmente como parte de esta tragedia, que incluyó una
explosión de hidrógeno en su edificio. Mientras, un vocero de la
citada entidad dijo que en el edificio de la turbina de la unidad 2
el lunes pasado se detectó un nivel alto de radiación, de 500
milisieverts por hora, situación que impide las labores para tratar
de restablecer la electricidad en una sala de control.
En esta jornada se continuó el vertido de agua sobre la piscina
de barras usadas de combustible del reactor 4, prevista también para
la del 3, según se anunció.
Los esfuerzos en Fukushima-1 se concentran además en llevar la
electricidad a los diferentes equipos de los reactores, incluida la
revisión de su estado, con vistas a rehabilitarlos y avanzar hacia
la recuperación de los sistemas de enfriamiento, pasos necesarios
para aliviar la crisis.
El sismo y maremoto interrumpieron el servicio eléctrico a la
planta, por lo que los mecanismos de enfriamiento de las unidades
1,2 y 3, mientras los de las piscinas de barras usadas de
combustible también se dañaron.
Fuera de la central, las preocupaciones aumentaron al informarse
que en 11 vegetales cultivados en esa prefectura se encontraron
niveles de radiactividad por encima de lo legalmente permitido.
De inmediato el primer ministro, Naoto Kan, pidió al gobierno de
ese territorio orientar a la población abstenerse de su consumo.
Poco después las autoridades del área metropolitana de Tokio
advirtieron que los niños no deben tomar agua de los grifos al
detectarse en muestras de una planta de purificación en el distrito
de Manamachi que su nivel de yodo radiactivo excede el tope fijado
para ellos.
La cantidad verificada fue de 210 bequerelios de esa sustancia
por kilogramo del líquido, 110 por encima del límite establecido
para ese grupo poblacional, inferior al de los demás (300).
En cuanto a los totales de víctimas, de acuerdo con un parte del
mediodía, los muertos causados por el terremoto de 9.0 grados en la
escala de Richter y el subsiguiente tsunami del pasado día 11 suman
nueve mil 408 y los desaparecidos 14 mil 716.