El secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen,
confirmó que la operación para imponer el embargo de armamento en
Libia, será dirigida por el almirante estadounidense James G.
Stavridis, comandante supremo de las fuerzas OTAN en Europa, reportó
ANSA.
Por su parte, el titular francés de Relaciones Exteriores, Alain
Juppé, afirmó que el gobierno de Nicolas Sarkozy propuso establecer
una dirección política de la intervención militar en Libia, al
hablar en una comparecencia ante la Asamblea Nacional. Adelantó que
en las próximas horas se dará una reunión en Londres o Bruselas para
coordinar las acciones en acuerdo pleno con los estados
participantes en la misión y la Liga Árabe, reportó PL.
Puede que sea un mecanismo regular de consultas, el cual le hemos
propuesto a Gran Bretaña, puntualizó.
En tanto, civiles libios manifestaron que temen por sus vidas
luego de que seis misiles lanzados por las fuerzas imperialistas en
la madrugada desde el mar Mediterráneo, impactaran en el puerto
militar de Trípoli, muy cerca de las zonas residenciales.
Al respecto, los líderes tribales han llamado a una marcha en
repudio a la violencia, que según la televisión nacional, ha cobrado
la vida de casi un centenar de personas y ha dejado más de 200
heridos desde el pasado sábado.
Ante los ataques, también se han reanudado las fuerzas antiaéreas
de Libia, cuyo ejército sigue defendiendo al coronel Gaddafi.
El líder libio reiteró desde Trípoli que no está dispuesto a
desistir ante las "constantes agresiones injustas desatadas por las
fuerzas fascistas" del imperialismo, e hizo un llamado a su pueblo
para "derrotar a los invasores, es una batalla histórica" por la
justicia y la soberanía nacional.
En un discurso pronunciado desde el complejo residencial que fue
bombardeado el pasado fin de semana, Gaddafi expresó que si siguen
los ataques aéreos contra su territorio, "es el pueblo quien seguirá
defendiéndolo".
También desde Moscú se informó que el primer ministro ruso
Vladimir Putin criticó tajantemente la resolución 1973 del Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Libia, al considerar que
autoriza la intervención extranjera en un Estado soberano y "se
parece a un llamamiento medieval a realizar una cruzada".
Mientras el presidente Dimitri Medvedev calificó como
"inadmisibles" los comentarios de Putin y replicó que Rusia se
abstuvo de recurrir a su derecho a veto al votarse la resolución
1973 para Libia porque no la considera errónea.