Otorgan a Alfonso Sastre Premio Internacional
Raquel Revuelta

Cuba es nuestra Madre Patria, afirmó el célebre dramaturgo español

SAN SEBASTIÁN.— El dramaturgo español Alfonso Sastre recibió en su casa de Hondarribia, distante 20 kilómetros de esta ciudad, el Premio Internacional Raquel Revuelta, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), entregado "en sus 85 años plenos de libertad, honestidad y creatividad", según se expone en la obra plástica acreditativa del premio, elaborada por Eduardo Abela y firmada por Miguel Barnet, presidente de la UNEAC.

Vinculado por siempre al teatro, Sastre es reconocido como uno de los insoslayables autores dramáticos de la segunda mitad del siglo XX, aunque su escritura se ha prodigado también en la narrativa, la poesía y el ensayo. El creador de Escuadra hacia la muerte y Guillermo Tell tiene los ojos tristes, entre decenas de títulos, recibió el premio de manos del crítico teatral Omar Valiño, vicepresidente de la UNEAC, quien fue portador además de sendas misivas dirigidas a Alfonso por Nancy Morejón y Miguel Barnet, ambos Premios Nacionales de Literatura.

El consecuente luchador civil y revolucionario evocó a Nicolás Guillén, con quien su compañera Eva Forest y él tuvieron intensa relación, y transmitió un agradecimiento a sus muchos amigos en la Isla "por la alegría cubana que acabo de recibir con el Premio Raquel Revuelta, actriz por la que siempre sentí una cálida admiración y sincera amistad". Luego expresó que "algunos amigos españoles y vascos siempre hemos dicho que desde el triunfo de la fase armada y la declaración socialista de su Revolución, Cuba es nuestra Madre Patria, y hoy, ante los nuevos horizontes, renovamos esta lealtad, augurándoles, para el nuevo periodo histórico, queridos amigos, una nueva etapa del gran triunfo revolucionario de 1959".

El Premio Raquel Revuelta forma parte del sistema de reconocimientos internacionales concebidos por la UNEAC para honrar a personalidades extranjeras que se han distinguido tanto por sus extraordinarias contribuciones a la creación en diversas ramas del arte y las letras como por la promoción de elevados valores éticos. El que lleva el nombre de Tomás Gutiérrez-Alea le fue concedido al actor puertorriqueño Benicio del Toro; el Dulce María Loynaz al crítico literario jamaicano Keith Ellis; y el René Portocarrero se le ha adjudicado a los artistas de la plástica argentinos Julio Le Parc y León Ferrari. (SE)

 

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