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Hay que desarraigar hábitos verdaderamente
perniciosos Otros de los
hábitos verdaderamente perniciosos observados en estos años, es la
tendencia de algunos a olvidarse de las leyes de la economía,
administrar con espíritu filantrópico o ser ajenos a los métodos de
producción, subutilizando los recursos humanos y llevando una
contabilidad pésima. Una de las peores costumbres observadas en
muchos administradores o jefes de departamentos, u organismos, es el
no pago de los productos o servicios que adquieren de otros
organismos, invirtiendo suplementariamente los fondos destinados al
pago de esas obligaciones, originando un verdadero caos en la
contabilidad de las empresas acreedoras, afectando las
recaudaciones... y anulando los efectos de la planificación. Hay que
desarraigar radicalmente tales métodos...
Fidel, enero de 1962 |
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