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Fuentes de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte
(OTAN) informaron de la muerte de más de 40 insurgentes, sin bajas
propias, en fuertes combates en zonas de la sureña provincia afgana
de Helmand.
Según un escueto parte, los informes preliminares no mencionan
bajas entre la población civil, pero los ataques terrestres están
acompañados de bombardeos aéreos, los cuales en las últimas semanas
provocaron la muerte de mas de medio centenar de civiles.
La OTAN dijo que las operaciones militares prosiguen y tienen
como presunto objetivo destruir el tráfico de drogas en la zona,
hecho desmentido reiteradamente por medios de la insurgencia afgana.
"Se trata -afirmaron a través del sitio web de la Agencia Kali
Yuga- de ataques genocidas contra aldeas aisladas, destrucción de
cultivos y viviendas que son los medios de subsistencia de la
población civil."
En un comunicado al respecto, denunciaron las maniobras del
gobierno de Hamid Karzai de convocar una llamada gran consulta
tribal cuyo verdadero objetivo es trata de legitimar la permanencia
de bases militares permanentes de Estados Unidos en este país.
"El pueblo afgano no tolera más esas acciones", subrayaron al
tiempo que la realidad demuestra que los casi 150 mil soldados
ocupantes no han podido justificar sus acciones ni lograr sus
objetivos.
Otras acciones armadas continuaban desarrollándose esta semana en
zonas de Nangarhar, Khost, Kandahar y Herat con resultados de más
víctimas civiles, previéndose un incremento de la violencia.
Hasta la fecha, el sitio web Casualties anunció la muerte de 86
militares extranjeros, entre ellos 57 estadounidenses, un promedio
de más de una baja diaria desde inicios del presente año.