El presidente ruso, Dmitri Medvedev, consideró un compromiso
moral para su país ayudar a Japón, azotado por un terremoto y un
tsunami, con saldo preliminar de casi cinco mil muertos, reporta
Prensa Latina.
Tras una conversación telefónica con el primer ministro nipón,
Naoto Kan, el mandatario aseguró que el país asiático es vecino de
Rusia y tenemos la obligación moral de ofrecerle ayuda, apuntó.
El jefe de Estado ruso señaló que, además de coordinar
operaciones entre estructuras de la defensa civil y socorristas de
ambos países, será necesario aumentar el suministro a Japón de
combustible para contrarrestar el desequilibrio surgido tras el
reciente sismo.
La catástrofe natural ocurrida el pasado viernes ya provocó dos
explosiones en la central nuclear de Fukusima-1, mientras disminuye
drásticamente la disponibilidad energética y de combustible en la
nación asiática.
En ese sentido, Medvedev confirmó la necesidad de aumentar las
entregas de gas licuado a Japón, a lo cual se había referido la
víspera el primer ministro Vladimir Putin, al analizar las medidas
de emergencia a aplicar tras el violento terremoto en el estado
asiático.
Además, el estadista analizó con el viceprimer ministro Igor
Sechin la situación energética en territorio nipón y las medidas
para apoyar a Tokio.
Por su lado, el consorcio estatal ruso Rosatom expresó su
preocupación por la situación real del segundo reactor de la planta
Fukusima-1, indicó el vicejefe de esa entidad rusa, Alexander
Lokshin.
La referida instalación nuclear recibió daños por el sismo de
nueve grados (según corrección de expertos nipones) y un posterior
tsunami, registrados el pasado viernes en la zona noroeste de Japón.