La postergada reforma de las leyes migratorias de Estados Unidos
emerge como un reto para el presidente del país, Barack Obama, luego
de incumplir su promesa electoral sobre el tema, reporta Prensa
Latina.
Washington no puede continuar haciéndose a un lado en su
autoridad por encima de estados. Congresistas federales y la Casa
Blanca deben empezar pláticas y promover una acción legislativa,
sostuvo este lunes el diario Los Ángeles Times.
Obama necesita dar un paso frente a la reforma migratoria con lo
cual evitaría que los estados lo hagan, afirmó el cotidiano
californiano en una aproximación al tema.
El periódico abordó los nuevos pasos en materia migratoria que
dio el estado de Utah al asumir tareas del gobierno federal.
El influyente rotativo del oeste estadounidense señala que muchos
estados tratan de crear sus propias normativas ante la ausencia de
una acción del Gobierno y el Congreso federal que durante varios
años fue incapaz de enfrentar una solución al problema de millones
de inmigrantes ilegales.
Con menos rigor que en Arizona con su ley SB1070, la cual
criminaliza a los inmigrantes, en Utah fue aprobado un grupo de
medidas que dan poderes a la policía local para investigar la
condición migratoria de los arrestados.
Según el Times más de una docena de estados impulsan
legislaciones en materia migratoria que van de lo benigno a lo
ridículo .
Para activistas y políticos en favor de la reforma, la labor del
presidente Obama es muy pobre a la hora de apoyar un cambio de la
ley.
En la actualidad empresarios y grupos defensores de los
inmigrantes comienzan la puja por mejorar la situación.
En las elecciones de mitad de término del año último, muchos
candidatos republicanos en Oklahoma se comprometieron a luchar
contra los indocumentados y tras su victoria propusieron las
iniciativas más severas del país en ese campo.
Sin embargo, sus planes chocan con las aspiraciones del capital
que trata de crear buenas condiciones para las inversiones y atraer
más fábricas y empresas a los estados en época de crisis.
Para algunos empresarios republicanos el problema de la
inmigración es un asunto de competencia federal.