Alrededor de seis mil megawatts al mes ahorran a la economía
nacional los dispositivos de barro instalados en las cocinas de las
familias cubanas, entregadas como parte del programa de la
Revolución Energética.
El dispositivo de barro cocido produce como promedio una
disminución de su consumo en 5,3 por ciento, comentó a la AIN
Tatiana Amarán, directora de Uso Racional de la Energía en la Unión
Nacional Eléctrica (UNE).
Según los estudios realizados por el Laboratorio de Ensayos de
Tropicalización (LABET), del Ministerio de la Industria
Sideromecánica, también tiene la ventaja de irradiar menos calor
hacia la meseta del fogón en cuestión o sus alrededores.
Amarán explicó que el consumo promedio de una vivienda que cocina
con electricidad en la Isla es de 160 kilowatts (kw) al mes, y si
utiliza el dispositivo de barro cocido, le puede representar a esa
familia o núcleo una reducción de no menos de tres kw.
Frank Ramírez Rodríguez, miembro del Consejo de la Administración
Provincial en La Habana, aseveró que la población dispone hoy de un
accesorio capaz de adecuarse a cualquiera de las hornillas
eléctricas de dos, tres o cuatro terminales de la resistencia,
comúnmente identificadas como paticas.
Ramírez Rodríguez llamó a que quienes no lo han adquirido a que
lo empleen y comprueben sus ventajas.
En la capital cubana estos medios son elaborados a base de barro
y arena sílice, y están a la venta en los cinco municipios de la
ciudad, acogidos al llamado pacto social (donde la cocción se
realiza con electricidad): Boyeros, Arroyo Naranjo, Cotorro,
Guanabacoa y San Miguel del Padrón.
El novedoso sistema de ahorro surgió en el municipio camagüeyano
de Sibanicú y su uso se extiende en todas las provincias del país.