No hemos sido perfectos revolucionarios, pero sí hemos sido honestos y hemos tratado de ser consecuentes

Cuando hay problemas en algún lugar, no es que el marxismo-leninismo carezca de invencible fuerza, es que no se han aplicado correctamente los principios del marxismo-leninismo.

Y nosotros mismos decíamos que no hemos sido perfectos revolucionarios, ni hemos sido perfectos en la aplicación de estos principios, lo que sí podríamos decir es que hemos sido honestos y hemos tratado de ser consecuentes. Pero esta cosa de nuestro país al lado de Estados Unidos; un país tan rico, tan poderoso, que tanto influyó —durante tanto tiempo— en nuestra Patria y en nuestro pueblo, que se encuentre hoy un escollo como Cuba, se encuentre hoy una roca como Cuba, solo se puede comprender a la luz de los principios del marxismo-leninismo.

El papel del Partido, su vinculación con las masas, la aplicación correcta de esos principios, la ausencia del favoritismo, la actuación justa, la consideración al mérito, la dirección colectiva, el centralismo democrático, la honestidad, la conciencia, la disciplina, además del extraordinario contenido social y humano de la obra revolucionaria; esos son los factores, no hay ningún misterio en eso, que le han dado estas fuerzas enormes a nuestra Revolución.

Fidel, diciembre de 1980

 

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