ESMERALDA, Camagüey.— Una tarja que certifica la condición de
Monumento Nacional al conjunto arquitectónico integrado por el
central y el batey Jaronú, actual Brasil, fue develada en el parque
del asentamiento azucarero ante la presencia de autoridades,
historiadores y vecinos del lugar.
Luis Ynchausti Rodríguez, presidente de la Asamblea Provincial
del Poder Popular en Camagüey, y Daniel Taboada Espiniella, Premio
Nacional de Arquitectura, tuvieron a su cargo el momento ceremonial
que ratifica la decisión adoptada por la Comisión Nacional de
Monumentos.
Al dar lectura a la Resolución que confiere la categoría, Nilson
Acosta Reyes, secretario ejecutivo de dicha comisión, resaltó la
necesidad insoslayable de conservar tan apreciable patrimonio por
sus valores históricos y arquitectónicos, como legado a las futuras
generaciones de cubanos.
El desarrollo de la industria azucarera, señaló el especialista,
desempeñó un papel fundamental en el proceso de formación de la
nacionalidad cubana, proceso que continuó durante las primeras
décadas del siglo XX, fundamentalmente a partir de la inversión
norteamericana, que introdujo al país nuevas tecnologías
industriales y de asentamientos poblacionales agroindustriales.
Fundado en 1921 en la llanura costera de este municipio
camagüeyano, el batey del antiguo central Jaronú se destaca por su
"excelente planificación urbana, a través de la conjugación de
diferentes sectores que, no obstante su estratificación social y
funcional, logran una coherencia relevante".
Tras 90 años de historia, el lugar ha mantenido un alto grado de
integridad y autenticidad, bajo el concepto de poblado jardín, donde
armonizan las viviendas de mampostería y tejas francesas, unificadas
bajo una misma línea arquitectónica, con el verde follaje de los
árboles y palmeras en parques y aceras.