El estallido de una mina provocó la muerte de 15 civiles en una
sureña localidad de Afganistán, con lo cual aumentó a 22 la cifra de
fallecidos en las últimas horas, informaron fuentes oficiales,
reporta Prensa Latina.
La potente explosión en la meridional provincia de Helmand se
registró cuando un camión que transportaba residentes locales activó
una mina situada al borde de la carretera y quedó completamente
destruido.
Ese incidente constituyó el más mortífero en la escalada violenta
acaecida desde la víspera en este país centroasiático.
En otra región del sur seis personas resultaron heridas en una
explosión de un coche bomba en los alrededores de una estación de la
Policía.
Por otro lado, siete trabajadores de una compañía de seguridad
perdieron la vida en un ataque nocturno perpetrado por la ocupante
Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, por sus
siglas en inglés).
Según autoridades locales, los empleados fueron sorprendidos
mientras se encontraban en sus casas de campañas.
Portavoces de la ISAF anunciaron la apertura de una
investigación, pero se rehusaron a ofrecer mayores detalles.
Además, un ataque suicida en la norteña provincia de Kunduz hirió
a cinco soldados y tres mujeres que se encontraban en el lugar.
Este ha sido el año más mortífero en Afganistán desde el inicio
de la ocupación de la OTAN a finales de 2001.
El número de uniformados foráneos caídos en 2010 ronda los 690,
muy superior a los 521 de 2009.
En medio de semejante panorama, crecen los cuestionamientos a la
labor realizada por la coalición noratlántica, que tiene desplegados
unos 140 mil efectivos en esta nación.
En la reciente cumbre de esa organización, celebrada en Lisboa,
sus miembros acordaron emprender una retirada escalonada a partir de
2011, la cual esperan finalizar en 2014, aunque advirtieron que
mantendrán cierta presencia militar.