Las autoridades vietnamitas
rastrean a unas mil empresas y comercios que aprovecharon los
resquicios del fisco para esfumarse sin pagar miles de millones de
dong en impuestos.
La evasión de impuestos y el fraude fiscal son un fenómeno que
preocupa a las grandes urbes del país, cuya fisonomía comercial
cambia durante el período de gracia para tributar al erario.
Por ello los comercios dejaron de ser una referencia fiable en
Hanoi y Ciudad Ho Chi Minh, por ejemplo, pues donde hoy existe una
boutique de cosméticos, mañana quizás se venda carburadores.
Un truco frecuente consiste en solicitar un período de gracia
para pagar impuestos, importar gran cantidad de productos y
desaparecer poco antes de que venza el plazo de pago.
La agencia aduanal del sureño puerto Cat Lai descubrió muchos de
tales casos, en algunos de los cuales la deuda ronda los dos mil
millones de dongs, equivalente a unos 103 mil dólares.
Otras veces, los transgresores registran como dirigentes de sus
empresas a iletrados que rentan sus documentos de identidad por
cifras irrisorias sin saber el fin, y luego son chivos expiatorios.
La política que permite el retraso en el pago de impuestos
propicia la evasión fiscal, así como la falta de regulaciones y
agencias efectivas en la detección del fraude al Fisco.