Francia lamenta hoy la pérdida de
Georges Charpak, Premio Nobel de Física en 1992 por sus trabajos
sobre detectores de partículas, un fervoroso humanista y fiel
defensor de la continuidad de las ciencias.
Uno de los últimos combates del notable estudioso fallecido ayer
a la edad de 86 años fue su oposición junto a otros colegas al
reactor experimental termonuclear internacional (ITER) que se gesta
en Marsella (sur), considerándolo un proyecto caro e inútil. Doctor
honorario de la Universidad de Ginebra, miembro de la Academia
Francesa y de la Nacional de Estados Unidos, ex miembro de la
Resistencia, Charpak había sido elevado al rango de oficial de la
Orden de la Legión de Honor en 2007.
Él nos dejará la brillante imagen de la pasión puesta al servicio
de la investigación, del saber, manifestó el presidente de la
República, Nicolás Sarkozy.
La ministra de Enseñanza Superior, Valerie Pecresse, señaló que
su desaparición es una inmensa pérdida para los científicos del
mundo y para todos los que como él ven en ese camino una de las
mejores razones de tener confianza en la humanidad, a veces contra
viento y marea, remarcó.
Polaco nacionalizado francés en 1946, Charpak realizó su carrera
inicialmente en el área de la física nuclear y posteriormente en la
de partículas de alta energía.
Sus trabajos en este sector le valieron el Premio Nobel el 14 de
octubre de 1992, fundamentalmente por la invención de la cámara de
filamentos múltiples.
En 1948 inició su labor investigativa en el Centro Nacional de la
Investigación Científica, y en 1959 ingresó como permanente en el
Laboratorio Europeo de Física de Partículas.
La aplicación práctica de sus hallazgos se emplea cada vez más en
biología y medicina en rayos X y la lucha contra el cáncer.
Como apasionado defensor de la sabiduría junto al astrofísico
Pierre Léna y Yves Quéré, lanzan en 1995 el programa La mainla p te
(Con las manos en la masa) destinado a reintroducir la enseñanza de
las ciencias en la escuela primaria.
Una experiencia extendida a más de 30 países.