¿Cómo va el curso escolar en la capital?

JOEL MAYOR LORÁN
Joel@granma.cip.cu

No hay septiembre feliz sin agosto de ajetreo y pintura, y julio de martillo y cemento. No sin mujeres y hombres que descansen apenas lo imprescindible, para dedicarse a preparar el reencuentro con la pizarra, los cuadernos, los libros... Una vez más, este curso escolar el Estado cubano realizó un esfuerzo formidable con tal de garantizar que el conocimiento esté al alcance de todos.

Foto: Raúl LópezYa los estudiantes de grado 12 comienzan a usar el nuevo texto de Historia de Cuba, un arma indispensable para la formación de valores.

UNIR EMPEÑOS

Heberto William tiene cientos de motivos para estar feliz; casi cada uno de los muchachos a quienes ha impartido clases es una razón: el año pasado, el 97% de ellos aprobó el examen de ingreso de Matemáticas a la Educación Superior. Ya no solo compartirá sus conocimientos y arte para enseñar con los jóvenes del plantel René Orestes Reiné, sino que colaborará con el recién creado preuniversitario Francisco de Miranda, ambos en el capitalino municipio de Diez de Octubre.

Al momento de redactar estas líneas, en Ciudad de La Habana faltaban 131 profesores para esta enseñanza, por lo cual aplicaban diversas alternativas: aumentó hasta 44 estudiantes la matrícula por grupo, creció la carga docente a enfrentar por los miembros del consejo de dirección de los planteles, y se recurrió a contratos; pese a esta última medida, el por ciento de los que son plantilla fija asciende al 95.

El pre Francisco de Miranda dispone, además, de dos metodólogos que imparten Matemáticas y Español-Literatura en el grado 12. Tanto a este como al José de la Luz y Caballero, y a otros más, han retornado muchos profesores de experiencia, de esos que trabajaron durante años en las escuelas en el campo.

La proliferación de preuniversitarios en la populosa urbe no implicó solo el movimiento de un centro docente a otro, impulsó a buscar locales y crear nuevos institutos hasta completar 30. Fue preciso transportar mobiliario desde La Habana, Matanzas y Pinar del Río.

En los municipios de Arroyo Naranjo y Diez de Octubre, algunos pre todavía poseen ubicaciones provisionales: alumnos y profesores cuentan con las condiciones mínimas indispensables. No obstante, se siguen buscando mejores condiciones.

Ha habido que laborar con tesón, pues el número de estudiantes capitalinos en esta enseñanza aumentó de 5 000 a 28 000, en dos cursos. Mas, con el traslado, la base de ómnibus escolares dejará de dar 20 000 viajes en el año, disminuirá el uso de gasolina en 413 000 litros y decrecerán los desembolsos para avituallamiento y alimentación, según aseguró a Granma Abilio Merino, subdirector económico de la Dirección Provincial de Educación.

Y ahora que la familia está más cerca de los educandos y de la escuela, podemos unir empeños, expresó Heberto William.

¿ESTA VEZ SÍ?

Ya no es posible enviar al preuniversitario a todos los egresados de noveno grado. Tampoco el país precisa formar tal cantidad de universitarios, pues hoy Cuba requiere de técnicos y obreros calificados, fundamentalmente.

Por tanto, corresponde crear las condiciones para que esos jóvenes reciban una educación de calidad. Serán los lazos entre politécnicos y empresas quienes permitan cumplir semejante propósito. ¿Quién, si no estas últimas, ha de formar la fuerza calificada que, a la postre, trabajará en sus áreas e instalaciones?

De modo que el Instituto Politécnico de Química Mártires de Girón confía en disponer esta vez de todo lo necesario. En septiembre recibiría 120 nuevos discípulos, pero la cifra llegó a 200 más, a solicitud del Polo Científico, porque los necesita.

Entonces, a la reparación de cinco locales —que acometieron a fin de convertirlos en aulas— habrán de sumar la entrega del equipamiento para darle vitalidad técnica a dos laboratorios, en tanto el Ministerio de la Industria Básica emprenderá otros dos.

Sin laboratorios de Bioquímica, de Microbiología, de Realizar Análisis Físico-Químicos, y de Realizar Procedimientos de Química (que cuenten con balanzas analíticas, potenciómetros y viscosímetros, entre otros instrumentos de medición), cómo formar buenos técnicos. Ya el MINBAS inició la instalación de tuberías de gas y agua; el Polo aún no.

Mas, percibimos un acercamiento positivo, espíritu de cooperar. El Polo acoge a todo cuarto año para realizar prácticas en sus instalaciones, y ha puesto a nuestra disposición cuantos especialistas demande la escuela como profesores, asegura Jorge Ortega, subdirector que atiende la Enseñanza Técnica Profesional (ETP) en Playa.

Durante años nos apoyaron con la inserción de estudiantes para sus prácticas; en definitiva, recibían luego a los mejores graduados. Hoy nos brindan sus conocimientos actualizados; en el caso de Bioquímica, componen la totalidad del claustro, revela la profesora Ivelise Gómez.

En cambio, se requiere una mayor ayuda de la Dirección de Finanzas y Precios, el cual no ha respondido de igual manera a las urgencias del politécnico Pablo de la Torriente Brau, también en Playa, pues a 18 días de comenzado el curso, todavía no concurren tres de los especialistas que han de impartir Auditoría y Administración Financiera a los alumnos de Contabilidad.

Tanto en la ETP, como en la preuniversitaria y el resto de las enseñanzas, ha sido arduo el camino desde que sonó el martillo hasta que los alumnos fueron a la pizarra. Algunos detalles quedaron hasta hoy, los próximos días tienen la palabra; se espera mucho de este curso y del perfeccionamiento educacional.

 

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