Querido Hugo:
Deseo transmitirte el profundo dolor que me causó la muerte de
Willian Lara, gobernador del estado Guárico, siempre amigo y
defensor de la amistad entre nuestros dos pueblos.
Cayó desafiando el peligro y cumpliendo el deber con la Patria y
la Revolución. No vaciló un segundo en cruzar el puente, ya bajo las
aguas del creciente y amplio río, como suelen serlo en Venezuela; le
preocupaban los que estaban al otro lado de la corriente. Nada más
justo que concederle la Orden del Libertador y las sentidas palabras
que pronunciaste al pie de su féretro.
Mas, quiso el azar que, el mismo día, falleciera otro fiel
luchador por la Revolución Bolivariana: Guillermo García Ponce.
Cuando se produjo, a la vez, el desdichado accidente aéreo en el
estado venezolano de Bolívar, algo propio de nuestra agitada época,
el mundo tuvo una prueba de lo que esa Revolución significa para el
pueblo; en cuestión de minutos, todos los recursos disponibles
fueron puestos a disposición de las decenas de personas
sobrevivientes.
A los familiares que perdieron seres queridos, los de aquellos en
que algún miembro lucha por sobrevivir, al pueblo de Venezuela, y a
ti, deseo transmitirles mis más profundos sentimientos de
solidaridad.
¡Ánimo y adelante!
