TORONTO.—
¿Qué tienen en común la dictadura de Pinochet en Chile, la caída del
muro de Berlín, los atentados contra las torres gemelas de Nueva
York, la guerra de Irak o las inundaciones en Nueva Orleans? El
filme La doctrina del shock, basado en el libro del mismo
nombre, nos muestra cómo detrás de todos estos desastres se esconden
tramas urdidas de corrupción y violencia.
La periodista, académica y activista canadiense Naomi Klein nos
argumenta y nos da ejemplos en su libro de cómo, desde que se inició
el auge del capitalismo del desastre en los años 70, esta práctica
no ha parado de desarrollarse y perfeccionarse.
Los cineastas Michael Winterbottom y Mat Whitecross, codirectores
de la multipremiada Camino a Guantánamo, traen ahora a la
pantalla un documental con imágenes reales extraídas de lo más
profundo de los archivos filmográficos de todo el mundo, que
comienza a abrirse paso en los circuitos internacionales de
distribución, a unos meses de haber sido premiado en el Festival
Sundance.
Usando el tratamiento del electroshock como metáfora, la película
explora cómo los Estados Unidos, con la ayuda de la CIA, cayeron
rendidos ante la interpretación del economista Milton Friedman sobre
el capitalismo de mercado y trataron de imponerla en los países en
desarrollo. Tuvieron éxito en vender la desregulación del mercado
libre a los países en crisis que no tenían otra opción más que hacer
lo que les exigía la nación más rica de la tierra.
El documental, igual que el libro, denuncia la estafa de las
políticas económicas de la Escuela de Chicago y su conexión con el
caos y el derramamiento de sangre por todo el mundo. Hace un repaso
exhaustivo y clarificador de las actuaciones de Thatcher, Bush,
Pinochet, Videla, Reagan¼ y de la
connivencia con los grandes aglomerados empresariales que
representaban intereses económicos privados.
Después de un desastre, como el tsunami del sudeste asiático en
el 2004, la maquinaria privatizadora se pone en marcha para acabar
con lo público, en este caso, con las playas pobladas por pescadores
locales y actualmente ocupadas por grandes hoteles. (SE)