El honor del Rabí
La introducción de modernas tecnologías en la
Empresa Azucarera Jesús Rabí demuestra las posibilidades de la
agroindustria, en la que el hombre sigue desempeñando un papel
esencial
VENTURA DE JESÚS
Hay muchos ojos puestos en la suerte de la Empresa Azucarera
Jesús Rabí. Este pequeño central ubicado en la porción más oriental
del municipio de Calimete, al sur de la provincia de Matanzas, ocupa
la atención de técnicos, directivos y especialistas del sector,
quienes pretenden transformar la angustiosa situación que presenta
la agroindustria azucarera.
Las
modernas máquinas están completamente listas para hacer su tercera
zafra.
Por ello se explica la curiosidad que despierta la aplicación en
esa entidad de una experiencia conocida como Proyecto Vitrina,
consistente en la introducción de un programa de riego, cosecha y
tiro de moderna tecnología que, sin estar exento de tropiezos, en la
reciente zafra permitió alcanzar 56 toneladas de caña por hectárea,
y tuvo los menores costos en la cosecha y en la eficiencia
energética.
El proceso inversionista se concentra, en lo esencial, en la
entrada de cinco combinadas con una productividad de 600 toneladas
por jornada; 12 tractores de alta potencia para asumir las tareas de
la cosecha y la recuperación cañera, 12 máquinas de riego (de 33 que
deben instalarse); siete rastras que sustituyeron el trabajo de 27
camiones Kamaz; 105 vagones de ferrocarril y tres locomotoras.
Montar
incorrectamente un juego de martillos dio al traste con los primeros
siete días de zafra. Foto: Juanita Perdomo
MÁQUINA NUEVA EN VÍA ROTA
La estrategia, explica Luis Barrios, director del central, ha
posibilitado avances en la cosecha y el tiro de la caña, y lo prueba
el hecho de que cumplieron el plan al 107%. Sin embargo, Barrios
repasó los inconvenientes que alteraron algunos indicadores de
eficiencia.
Admite que el principal error de la última zafra fue moler unas
700 hectáreas más de caña por encima de lo planificado, lo cual
interfirió en los rendimientos que, aunque buenos en comparación con
la media nacional, pudieron ubicarse mejor, por encima de 58
toneladas.
La tentación por contribuir a que la provincia cumpliera los
llevó a moler 33 000 toneladas de caña más que las previstas y esto
comprometió inclusive los estimados para la venidera zafra. También
padecieron de improvisación y exceso de confianza.
Montar incorrectamente un juego de martillos dio al traste con
los primeros siete días de zafra. Tampoco hubo estabilidad en la
molida debido a interrupciones y roturas, sobre todo de la planta
eléctrica. La norma potencial, el rendimiento industrial, el polen
en bagazo y la pureza de la miel final se comportaron inferior a lo
pronosticado. Solo por concepto de ese último indicador se dejaron
de producir 1 969 toneladas de azúcar.
Precisamente en la industria, según Luis Barrios, se concentran
los principales problemas del central, con todo y haberse ubicado en
el segundo lugar en la pasada campaña.
"La nueva tecnología permite llevar la caña directo del campo al
central, en un tiempo que nunca rebasa las dos horas. Mas no tuvimos
un buen rendimiento. Eliminada el área de limpieza, la materia
extraña va directo a la industria. De manera que si el surco no es
llano a la hora de cortar, la moderna máquina puede atrapar tierra y
otras materias chocantes. Es vital una buena preparación de los
campos.
"Sabemos que el país no dispone en la actualidad de los recursos
financieros para enfrentar el grado de descapitalización de la
industria, pero creo que donde se aplique la nueva tecnología es
necesario renovar el central. De lo contrario sería como poner a
rodar una máquina nueva por una vía rota. También resulta imperioso
capacitar al personal que asimilará esa maquinaria".
Para Alfredo Morejón, viejo azucarero ahora al frente de la
industria, es legítimo aprovechar mejor la jornada de trabajo, pues
en la anterior zafra se pagó un millón 400 000 pesos debido al
desaprovechamiento laboral.
DISCIPLINA Y BUENOS HÁBITOS
Para que nadie pusiera en duda el cuidado del nuevo y costoso
equipamiento, en el central Jesús Rabí se dieron a la tarea de
construir una nave con recursos propios, concebida según las
necesidades y donde salta a la vista el orden y la limpieza.
El lugar, conocido como Unidad de Cosecha, brinda protección a
las cosechadoras, tractores, autovasculantes, rastras,
motoniveladoras, talleres móviles y otros implementos que se
utilizan en el cultivo de la caña, todos de moderna tecnología.
Al asomarse a las hileras de máquinas uno podría pensar que se
trata de equipos nuevos. "Hemos creado hábitos y disciplina de
preservación. Al principio fue difícil, hubo que educar a los
operarios, pero ya existe una cultura", significó Ibrahím Santos,
jefe de la unidad.
"Las 60 cosechadoras, muy bien conservadas, están completamente
listas para hacer su tercera zafra. De sus operarios dos resultaron
trimillonarios y tres fueron bimillonarios en la última contienda".
Ricardo Rodríguez Marrero, de renombre entre los buenos
operarios, dijo que "es una gran máquina. En ella uno va al campo a
trabajar y no a pasar trabajo. Se humaniza mucho la labor. Eso sí,
para incrementar su rendimiento y eficiencia es preciso mejorar la
preparación del campo, lograr que el terreno esté parejo. También es
importante que el operador esté preparado y sepa atrapar bien la
caña".
El mecánico José Luis Torres considera que "lo esencial es
utilizar ese parque con la mayor eficacia y cuidarlo bien". A su
juicio el impacto de humanización de la nueva tecnología debe
modificar aún más la conducta de los trabajadores, sobre todo si se
toma en consideración que muchos, por su rendimiento, reciben en
época de zafra más de 3 000 pesos y 70 CUC mensualmente.
BUENAS NOTICIAS
De acuerdo con la información brindada por Luis Barrios, para la
próxima zafra el central Jesús Rabí prevé moler mucha menos área de
caña y superar no obstante la producción. "Hoy los retoños están en
mejores condiciones que nunca. La nueva tecnología permitió cultivar
el total de las plantaciones planificadas, el 70% de ellas con el
cultivo profundo, y se les ha aplicado los fertilizantes
requeridos".
Armando Lobelle Chávez, director de producción de caña, aseguró
que este año piensan llegar a las 14 máquinas de riego instaladas y
que el programa se completará en el 2015, con una cobertura del 35%
del área total, lo cual permitirá elevar los rendimientos a más de
80 toneladas por hectárea.
"Un buen ejemplo es la Cooperativa de Producción Agropecuaria 28
de Enero, una de las cuatro que atendemos. Logró 120 toneladas por
hectáreas en las áreas bajo riego y entregó en utilidades más de un
millón 200 000 pesos, unos 12 000 como promedio por trabajador".
Con una mayor fortaleza de las estructuras de dirección y el
personal técnico, mejor atención a los trabajadores y la reanimación
integral que entraña el Proyecto Vitrina, la Empresa Azucarera Jesús
Rabí tiene el desafío de hacer mejores zafras cada vez y demostrar
la valía de esa experiencia. Lo que ha sucedido hasta ahora puede
ser un indicio real de que así será, aseveró Zuleika Noda, quien se
desempeña como puntista en la industria. "El central Jesús Rabí no
va a hacer quedar mal a quienes confiaron en nosotros; es una
cuestión de honor". |