Insólito y enervante, el cable, fechado en Washington y difundido
por AFP, nunca aclara el nombre exacto del documento en cuestión o
en qué marco fue divulgado. Tampoco especifica los puntos evaluados
para arribar a tal dictamen, aun cuando solo fueron considerados
ocho de los 60 indicadores que propone la ONU.
Desmontar tal falacia, en definitiva, no requiere de conocer con
exactitud los criterios tenidos en cuenta, basta con contraponer el
espíritu de la Declaración del Milenio (donde se fijaron los
Objetivos referentes a la reducción de la pobreza y la igualdad de
género, entre otros) con el carácter dictatorial de un gobierno hijo
del golpe de Estado de junio pasado, patrocinado por Washington y la
derecha continental.
Solamente en el 2010, en Honduras se han perdido 50 000 empleos;
estos, unidos a los 180 000 cancelados el año pasado, han
contribuido a la inmovilidad económica del país.
Las demandas por aumentos salariales, a medida que se
incrementan, son criminalizadas y penadas con sangre en plena calle.
Crecen, con intensidad compartida, las denuncias de mujeres violadas
y maltratadas, los activistas desaparecidos, y los periodistas
mortalmente baleados (una decena en los últimos ocho meses).
Si para el CGD tales atrocidades pueden coexistir con los
Objetivos de Desarrollo del Milenio, ¿cuál es la propuesta de futuro
que tienen ideada para nuestra especie? (Anneris Ivette Leyva)