La exposición Adolescencia, del artista Gólgota, fue inaugurada
hoy en el Memorial José Martí, como un llamado de alerta a respetar
esa tan complicada etapa de la existencia.
Gólgota donó un retrato de José Martí a la institución de la
Plaza de la Revolución, en el cual el más universal de los cubanos
tiene una apariencia de anciano, metáfora de la continuidad de sus
ideas libertarias por las generaciones de revolucionarios que lo
siguieron.
El creador, quien cumple 20 años también como docente, destacó
que cuando piensa en el peligro de la guerra, sobre todo con armas
nucleares, el temor es irracional y se convierte en desilusión y
comprometimiento.
En el catálogo, Gólgota consigna que sirva "Adolescencia", todo
el arte y todo el esfuerzo intelectual y físico, como arma para
detener los misiles, para convencer al soldado de que mañana tiene
que ser otro día para la paz y otro más y otro.
Componen la muestra cuadros de mediano y gran formato, que
reflejan esa tan convulsa etapa de la existencia humana, con títulos
tan poéticos y acertados como El primer beso, El madrigal del
inocente o El niño del violín.
Como ya es usual en su estilo, el artista recurre a ese como
detenimiento de una figura en movimiento, que en esta ocasión y tema
resulta ideal para transmitir esa dinámica tan fresca y espontánea
de la adolescencia.
Adolescencia es un sueño con el que he aprendido a ser persona
mayor, a defender y comprender esa etapa de la vida donde todo es
doloroso y crítico, donde comenzamos verdaderamente a vivir, precisa
el pintor.
El pintor Pedro de Oraá al referirse a "Adolescencia" expresa que
Gólgota observa con detenimiento la conducta de estos jóvenes
desenfadados, con una firme comprensión que raya en ternura, no hay
reproches a sus gestos e inclinaciones, no hay atisbo de crítica en
sus pinturas y diríamos que su retrato de esta edad mutante es
lúcidamente acrítico.
La muestra permanecerá abierta al público todo este mes.