Siempre ha volado alto y, lógicamente, para verlo hay que
buscarlo en la cima, en materia de música, de jazz, de amistades y
de eventos. Resulta por consiguiente perfectamente normal encontrar
el nombre de Chucho Valdés en la programación de los cuatro
festivales de jazz unánimemente considerados como los más
importantes de Francia, los que se organizan en Vienne, en Juan-les-Pins,
en Marciac, así como en el parisino festival de La Villette.
La noche del 10 agosto de 2010, en el festival de Marciac, fue en
realidad una noche cubana que contó con dos pianistas excepcionales:
Roberto Fonseca, con "su embriagador cóctel de soul jazz", y "el
gigante Chucho Valdés, designado por la revista mensual francesa
Jazz Magazine como ‘el instrumentista más completo del mundo’". Así
los presentaba la documentación del festival distribuida a la
prensa.
Los conciertos de ambos músicos se transmitieron en vivo, a
partir de las veintidós horas, a través de las ondas de la estación
de radio France-Inter, durante el programa Summertime,
de Elsa Boublil, enteramente dedicado al jazz.
Otra presentación de Chucho con su Afrocuban Messengers, que
había tenido lugar el 2 de julio en el festival de Vienne, en el
departamento francés de Isere, ya se había transmitido
anteriormente, también en agosto, a través del canal especializado
de televisión Mezzo.
Toda una revelación en Marciac como director musical del grupo de
Ibrahim Ferrer, desde la desaparición de éste último, el también
pianista cubano Roberto Fonseca se ha convertido, por su parte, en
uno de los niños mimados de ese encuentro, cuyo público es
especialmente receptivo al "embriagador cóctel" de soul, jazz y
ritmos cubanos que Fonseca ha convertido en su especialidad.
En cuanto al ya conocidísimo Chucho Valdés, hijo de Bebo Valdés
—otro gran pianista cubano y fundador, hace más de 30 años, del
mítico grupo Irakere—, cada una de sus presentaciones en Marciac
desencadena en el público un verdadero frenesí, del que sólo se
quejan los asientos, según el servicio de prensa del festival,
conocido como Jazz in Marciac.
En cuanto a las formaciones de estos dos líderes de jazz cubano,
la de Roberto Fonseca –en el piano – se componía de Javier Zalba
(clarinete, flauta y saxofón), Omar González (contrabajo), Joel
Hierrezuelo (percusión) y Ramsés Rodríguez (batería); mientras que
Chucho Valdés se presentó con los ya mencionados Afrocuban
Messengers, conformados por Reinaldo Melián Álvarez (trompeta),
Carlos Manuel Miyares Hernández (saxo tenor), Lázaro Rivero Alarcón
(bajo), Yaroldy Abreu Robles (percusión), Juan Carlos Rojas Castro
(batería), Dreiser Durruthy Bambolé (batá, batería, voces) y la
cantante Mayra Caridad Valdés.
Pero la más esperada de sus presentaciones de este verano, en
Francia, es probablemente el concierto que Chucho Valdés ofrecerá el
7 de septiembre a las 20 horas en París, en el Festival de Jazz de
La Villette, evento que se desarrollará del 31 de agosto al 12
septiembre.
En La Villette, Chucho Valdés presentará AfroCuban Project en
compañía del saxofonista Archie Shepp. Un concierto cuya
presentación es más que prometedora:
"Y Chucho Valdés, Mozart cubano, artífice en la fusión de
sonoridades locales y de improvisaciones del jazz, cruza su hoja con
el siempre verde Archie Shepp, último gigante de la gran saga free.
Este verdadero aviso de tempestad es sobre todo la garantía de una
robusta y festiva celebración de la cultura afrocubana. Chucho
Valdés es quizás uno de los pianistas cubanos más completos de la
actualidad. Con el grupo Irakere, puso a la disposición de la música
popular los tambores sagrados batá. Más tarde sumergió el arte de
Art Tatum en los sonidos caribeños y afrocubanos. Y no podemos
olvidar hacer mención de su genialidad para la composición, su
dominio del swing y la inspiración de sus improvisaciones… Desde lo
alto de sus 73 primaveras, Shepp también se ha atrevido a todo o
casi todo. A evolucionar dentro de la vanguardia libertaria de los
años 60 y 70 (John Coltrane, Cecil Taylor…) y, más recientemente, a
prestar su apoyo a todo tipo de raperos (Public Enemy, Rocé…), el
saxofonista de la Florida, parisiense de adopción, parece aspirado
(¿o inspirado?) por los encuentros aparentemente improbables." (Tomado
de Cubarte)