Actualizado 4:45 p.m. hora local

Protegen impronta campestre en museo histórico local

ELENA MILIÁN SALABERRI

Contribuir desde el espacio local a la salvaguarda de tradiciones de cubanía, distingue a la sala etnológica del museo histórico de la demarcación Candelaria en la provincia cubana de Pinar del Río, resguardo de elementos de la cultura agraria de los montañeses.

El salón es el más reciente abierto en esa institución municipal y exhibe muebles rústicos y aperos de labranza, fundamentalmente típicos del cultivo de café, de arraigo en la porción de la Sierra del Rosario, extendida por el norte de Candelaria.

Ese lomerío fue escenario del fomento de la producción del grano desde la época colonial, a cargo de hacendados españoles, criollos y franceses, influencias diversas que comparte la memoria agrícola de Pinar del Río y el oriente del país, donde se asentaron inmigrantes francohaitianos.

Así indicaron expertos del museo, al mostrar la diferencia entre los depósitos para recoger el café y otros implementos, apreciables en la sala etnológica, conformada tras el trabajo de recopilación de miembros de la cátedra local de antropología Manuel Rivero de la Calle.

En diálogo con la AIN, Sergio Márquez Jaca, presidente de esa agrupación de profesionales, destacó el valor patrimonial del recinto, sede también de conferencias y talleres como el denominado Catauro, a través del cual se enseña el arte de la cestería y otras manualidades autóctonas a la población.

Además, el museo de Candelaria tiene entre sus exposiciones las dedicadas de modo permanente a Enrique Jorrín, creador del ritmo Chá Chá Chá, y al legendario cantautor Polo Montañez, ambos nacidos en la localidad.

 

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