Nuevos aires en el Gran Parque Metropolitano

Juan Varela Pérez
juan.pvp@granma.cip.cu

Sin eliminar totalmente los estragos que provocaron el abandono y el canibalismo en algunas de sus emblemáticas obras, el Gran Parque Metropolitano de La Habana tiene en esta temporada veraniega atractivas opciones en un entorno cada vez más sano y acogedor.

Foto: Otmaro RodríguezEl Gran Parque se propone rescatar para los infantes los juegos tradicionales.

Parte de los juegos, instalaciones y servicios fueron remozados y la recreación se disfruta en un ambiente familiar y agradable, con la naturaleza como telón de fondo. La tranquilidad es lo que predomina en el Gran Parque, especialmente en el del Almendares, abierto de martes a domingo, entre 10 de la mañana y 5 de la tarde.

Laureado en el verano del 2009 por la afluencia de visitantes —los hay de todo el país— y las opiniones de estos, con mayoritaria preferencia infantil, ofrece en la cafetería El Jagüey meriendas y bebidas analcohólicas; comidas criollas y asados en la parrillada, paseos en bote, en ponis y a caballo, demostraciones en el anfiteatro (de viernes a domingo), alquiler de implementos para juegos y algo especial: los interesados podrán conocer en recorridos organizados por la dirección del Parque sobre la fauna, la flora y la historia del río Almendares y del propio Parque que, al ser fundado en 1961, devino una de las primeras obras de la Revolución.

Entre viernes y domingos, con previa reservación, podrán alquilarse, a precios módicos, espacios para la celebración de cumpleaños en las dos pérgolas que reviven una tradición original.

Este proyecto urbanístico, social y medioambiental que se desarrolla a lo largo de los últimos 9,5 kilómetros del río Almendares, ofrece hoy a miles de visitantes, gracias al programa de rescate que ejecutan sus colectivos, una imagen diferente a la de pasados años.

Otro de los lugares cada día más frecuentados por la juventud y los amantes de la naturaleza es el parque forestal —patrimonio del Gran Parque Metropolitano desde 1994— ubicado en la ciclovia y Avenida 26, cercano al complejo de pelota vasca en el municipio del Cerro.

En los Jardines de la Tropical —verdadera joya arquitectónica por el estilo de sus obras y la historia que atesora, y lamentable víctima de los depredadores—, la recuperación y restauración se tornan más lentas por el empeño de ser fieles a su diseño y construcción originales. Sus trabajadores y dirigentes afirman que en fecha no lejana volverá a ser el mágico lugar cautivador de varias generaciones de cubanos.

Escenario en el cual actuaron afamados solistas y grupos musicales nacionales con la lógica diferencia de épocas, ahora ofrece conciertos de populares intérpretes, exposiciones, eventos, actividades culturales estrechamente vinculadas a la comunidad, talleres de cerámica y de pintura, peñas dedicadas a la rumba y bailables de música tradicional.

 

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