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— El Comandante de la Revolución, Tomás Borge Martínez, cumple hoy
80 años de vida lleno de optimismo por la fortaleza y el futuro del
Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua, que
ayudó a fundar en 1961.
Incorporado desde muy joven a las actividades revolucionarias
contra la dictadura somocista, junto con Carlos Fonseca Amador, con
quien mantuvo una estrecha amistad, Borge es hoy el único fundador
vivo del FSLN y testigo inapreciable de las dificultades y éxitos de
la lucha emancipadora del pueblo nicaragüense durante el último
medio siglo.
Ministro del Interior en la primera etapa del gobierno sandinista,
a partir del triunfo de la Revolución Popular contra la tiranía de
Somoza, el 19 de julio de 1979, son muchas las tareas que ha
emprendido desde entonces este hombre de pequeña estatura, pero
grande en su dimensión política, revolucionaria y humana.
Admirador incontestable de Fidel Castro, a quien considera el
hombre más extraordinario en la historia de este continente, después
de Bolívar, desde su puesto actual al frente de la embajada de
Nicaragua en Perú, Borge se mantiene al tanto de lo que ocurre en
Nicaragua y no duda en fustigar, con el verbo y con la pluma, a la
oligarquía y sus acólitos y a los traidores, arrepentidos y
vendidos.
Para Borge, el momento más duro de su larga trayectoria
revolucionaria fue la división interna del FSLN y, por eso, el más
alegre fue cuando se alcanzó la unidad, porque -dijo en recientes
declaraciones- "la unidad es la clave de toda victoria y la división
es la derrota".
Al arribar a su octava década de vida, Borge mantiene el mismo
optimismo de siempre y está convencido de que "hay Frente Sandinista
para rato".
El Frente Sandinista -ha dicho- es la expresión de lo mejor de
este país y todos los errores que hemos cometido son insignificantes
al lado del enorme logro que significa su existencia, que es, de
hecho, un cambio histórico en Nicaragua.
Para él, la historia de Nicaragua no es la misma después de la
existencia del Frente Sandinista y es el FSLN el que "marca el
camino de este país, ahora, mañana y yo creo que siempre".
Recién entrevistado por un canal de la televisión de Managua,
Borge aseguró no temer a la muerte.
Yo no le tengo miedo a la muerte, y me siento orgulloso de seguir
siendo sandinista, de seguir siendo fiel a la bandera rojinegra de
nuestro partido, de seguir siendo fiel a nuestra organización
revolucionaria, dijo entonces.
Y moriré -agregó- orgulloso de tener la frente levantada y de no
haber sido desleal con mis principios, ni desleal con mis amigos ni
con mis compañeros, ni con mi bandera, ni con mis gritos de combate.